Lo raro de esta película es que tocando tantos temas en lacrimógeno y tremendista cañamazo, sin embargo uno se queda con la sensación de no saber exactamente que nos ha querido contar el director. Que la vida no es bonita, que hay gente que se muere joven, que hay gente que sufre sin cuento, que hay inmigrantes que se mueren por neglicencia y abandono. En realidad esta película no narra nada en concreto al margen de los últimos meses de vida de un enfermo de cáncer cuya vida solaza entre la pobreza, los problemas de una familia desestructurada. Parece que se ahonda innecesariamente en el sufrimiento humano, innecesariamente porque al margen de justificar la película (el dolor no necesita una justificación para ser expuesto) no da sin embargo ni solución, ni siquiera esperanza. Una extraña gratuidad parece envolver todos los minutos que forman esta floja y efectivista película. Bardem muy bien, le va el papel y la actuación es más que notable.