En esta época dorada de las series de TV existen ya multitud de tópicos aplicables de forma más o menos subjetiva. Uno de ellos es el manido "empieza algo floja pero luego mejora!". En Dexter no ocurre eso, todo lo contrario: la serie empieza de forma magistral, no ya en su primera temporada, o en el piloto, sino en los fantásticos créditos iniciales, un festín de metáforas bajo el aparente desayuno de nuestro héroe. Por eso duele aún más que Dexter, la serie y el personaje, se hayan diluido en una segunda mitad de serie tan alejada de aquellas brillantes primeras temporadas.

Aunque realmente me inicié en Invernalia, Dexter fue la primera serie moderna que vi con el objetivo de ponerme al día con todo este festín de la TV actual. Sus dos primeras temporadas, así como la cuarta, cuentan para muchos como las mejores de toda la serie, dejando el resto a otro nivel. Uno puede entender la lógica evolución de un personaje como este, no es posible mantener aquel animal nocturno, irónico, eficaz e implacable que era al principio. Carente apenas de sentimientos y regalándonos enormes comentarios sarcásticos uno detrás de otro. Se entiende su evolución y esta empezó ya desde el primer episodio: Rita, los niños, Miguel, sus compañeros de trabajo y por encima de todos, Debra y Harrison. Era una serie fresca, innovadora, con una interesante puesta en escena, ambientada en Miami (aunque rodada en California), con antagonistas de nivel, una trabajada y creciente sensación de que alguien, tarde o temprano, lo iba a descubrir.

Todo encajaba bien hasta la cuarta temporada. Pero una serie que básicamente es la vida de su principal personaje, que incluso da nombre al producto, no puede estirarse hasta 8 temporadas. Por definición él siempre debe sobrevivir y aunque siempre se han utilizado recursos algo dudosos, en la 8a temporada ha reinado una desagradable apatía: en los guiones, en las ideas, en las interpretaciones... Incluso con detalles que rozan lo absurdo.

Pero siempre nos quedará aquel Dexter que nos llevó a ciertos límites en esto del antihéroe (aunque cierto químico de Nuevo México le adelantó por la derecha). Muchos imaginamos otro final y otros tantos nos quedamos en el último aliento de la cuarta temporada.

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