Con más de dos horas de duración. Esta segunda entrega de lo que, a mi parecer, se va a convertir en una saga, no consigue llegar al nivel de la primera. Algo no muy difícil ya que la original no es que fuera la gran cosa.

Abunda la sangre y el gore, cosa que en lo personal no me incómoda. El problema es cuando la película no es más que una burda sucesión de secuencias explícitas, sin ningún incentivo más que el de generar controversia y llamativos titulares.

En resumen una secuela del montón que más que una película individual parece una copia de alguna de las entregas de pesadilla en Elm street, eso sí, con muchos más litros del tan aclamado líquido rojo.