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Voto de el hombre del coco:
6
Ciencia ficción La nave Enterprise se dirige al planeta Nimbus III para negociar la liberación de unos embajadores secuestrados. Allí descubrirán que el jefe de la banda es un pariente de Spock obsesionado por encontrar el planeta que es considerado la fuente de la vida. (FILMAFFINITY)
4 de junio de 2017
1 de 1 usuarios han encontrado esta crítica útil
Hay ocasiones en las que la distancia entre la mayor de las glorias y un abismo es un mínimo paso y aquí pasa algo de eso.
Las cuatro películas anteriores marcan un liston enormemente alto y aquí se ponen las bases para una gran película: hay kinglons, romulanos, un vulcano manipulador, miembros de la federación, un planeta (Nimbus III) donde todos confluyen, un secundario (el tío calvo que sale al principio de la película y que seguirá saliendo en la cinta) que produce misterio con su sola presencia, hay cierto debate filosófico (¿Dios existe?) y hay acción y más cosas.
¿Qué más hay? Una floja dirección por parte de Shatner (por contrato a Nimoy y Shatner debían darle lo mismo y si a uno le daban la dirección de alguna película al otro también). Esa floja dirección se nota en las escenas de acción (donde cierto dinamismo es necesario), en cierta falta de consistenia y (va en relación con lo último) una historia que no saben resolver bien y aporta un final de lo más bizarro.

Y unas pocas cosas más a destacar. Primero, Star Trek es no solo el Enterprise, son sus tripulantes y la relación entre ellos es lo que hace Star Trek y aunque lo hemos intuído antes vemos por primera vez a sus tres protagonistas en familia (ellos mismos son su familia) y solo por eso ya vale la pena. Sin ese motor Star Trek no funciona.
Luego, es sin duda una película que tiene mucho de la serie original con viajes en el espacio, debates morales y presencias de dioses o seres ultramalvados (pero lo que en una serie de los sesenta se perdonaría en 1989 no). Todo aderezado con lo que decía antes: su tripulación (ya algo mayor, todo sea dicho).
La película fracasó, no gustó y tuvo una respuesta negativa tanto en taquilla como crítica y supuso el fin de las producciones de Harve Bennett para Star Trek y sobretodo supuso casi enterrar la franquicia con la tripulación original (The Next Generation ya existía) y destierra la idea de dar a Shatner la dirección de más películas.
Y ya casi acabando: enésima prueba de que es posible hacer una película que dure poco más de hora y media y, lo mejor para el final.

¿Lo mejor? Sí amigos, la música de Jerry Goldsmith es el complemento ideal de la película. Mejora la película (lo que no puede salvar es el hueco del planeta Sha Ka Ree porque es insalvable) y Goldsmith crea, sin duda alguna, una de las mejoras bandas sonoras de los 80 (en aquella época estaba totalmente en racha, solo en los ochenta compuso obras como Poltergeist, Under Fire, Gremlins, Lionheart, la trilogía de Rambo, Legend, la tercera parte de la Profecía, Hoosiers, Leviathan, Supergirl o Masada).


Vale, un solo apunte más: uno ve los efectos de la película y acaba creyendo que la Canon produjo la película porque rozan la crutez y eso es sintomático de falta de presupuesto y lo siento mucho amigos de la Paramount, quien algo quiere algo le cuesta (toca invertir y no solo en efectos, también en dar más tiempo para madurar mejor el trabajo y no darse luego castañazos).
el hombre del coco
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