Cuando una joven estudiante aparece muerta en un sombrío pueblo coreano, un joven que padece cierto retraso mental es el primer sospechoso del crimen, y es posteriormente arrestado. Sin embargo, su madre no descansará hasta probar la inocencia de su hijo.
Éste es el planteamiento de "Madeo", dirigida por Joon Ho-Bong, que sorpendió gratamente con otros trabajos como la maravillosa "Memories of Murder" allá por el 2003.
Lamentablemente, Madeo carece de la tensión que caracterizó a su predecesora. La primera media hora es bastante irregular y parece avanzar a trompicones, con escenas que se alargan demasiado y que al final no aportan gran cosa a la trama. Por suerte, pasados éstos minutos parece recuperar el ritmo y no perderse en detalles insignificantes (a excepción de unas cuantas escenas que pecan de poca credibilidad, como explicaré en el spoiler).
Interesante guión y unas buenas actuaciones, aunque a pesar de todo, la de la madre me dejó un poco fría. Algunos momentos no me convencieron para nada, pues pasa del enfado a la tristeza o resignación de manera demasiado rápida y poco natural.
El hijo capta de manera muy convincente el espíritu inocente/violento de un deficiente mental, y su interpretación me gustó más que la de la madre. Pero en definitiva, ambos son personajes complejos que saben transmitir sus sentimientos de desesperación y angustia. Interesante giro final, como viene siendo habitual en la mayoría de películas surcoreanas.
En definitiva, una cinta recomendable que plantea interesantes cuestiones sobre los límites del amor maternal y la relación madre-hijo. Eso sí, si esperáis que supere a Memories of Muder, seguramente quedéis decepcionados.