Chuck Nolan, un ejecutivo de Fedex, después de un accidente aéreo termina en una isla del caribe mas solo que leproso con diarrea. Esto claro, podría haber terminado en una peli mas lenta que procesión de cojos, pero se hace muy llevadera gracias a la magistral actuación del siempre correcto Tom Hanks, que llena la pantalla con su genial interpretación de un angustiado hombre en medio de una isla desierta, que debe arreglárselas para sobrevivir mientras mantiene la esperanza de que la ayuda llegue. Pero este hombre no esta tan solo, esta también su fiel amigo Wilson, que habla menos que mudo tímido, pero vamos, que es una pelota. Chuck no aburre a su amigo contándole de sus problemas, dramas y penas, sino que se desahoga hablándole de cosas cotidianas, de lo bien que saben los cangrejos, de sus planes. Bueno, el drama ya es bastante grande para encima aderezarlo con soliloquios melodramáticos, lo que es un acierto y se agradece. Una película esperanzadora, que nos enseña a valorar las pequeñas cosas de la vida y que no deja indiferente a nadie. Merece la pena ser vista.