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Voto de Manospondylus:
6
Acción Harry Dalton (Pierce Brosnan), un prestigioso vulcanólogo (todavía afectado por la muerte de su esposa en la erupción del monte Pinatubo), detecta una peligrosa actividad sísmica y avisa de una posible erupción en las cercanías de Dante’s Peak, un tranquilo pueblecito del Noroeste coronado por un inmenso volcán apagado. Pero nadie da crédito a sus avisos hasta que ya es demasiado tarde. El volcán entra en erupción y la población, ... [+]
25 de julio de 2018
9 de 10 usuarios han encontrado esta crítica útil
No entiendo la avalancha de críticas negativas que recibió esta película que, sin ser una maravilla, cumple holgadamente con su función recreativa y supera en calidad a otras muchas películas del género de desastres naturales, tanto anteriores como posteriores. Lo peor que puede decirse es que es, en conjunto, bastante genérica: no posee prácticamente ningún elemento distintivo que la haga resaltar especialmente, excepto un apartado visual notable para el año 1997 y, muy especialmente, el retrato poco fantasioso, aunque algo apresurado y superficial, que hace de una erupción volcánica. Además, la historia es entretenida, tensa y sin demasiados de esos momentos que nos sacan de la película (comedia forzada y acción inverosímil).

Aviso de que voy a enfocar esto como una comparación entre lo que vemos en pantalla y los sucesos reales que inspiraron esta historia; y de paso aprovecho para dedicar esto a quienes dicen que es una película de "anticiencia".

Inspirada en la erupción del monte Santa Helena de 1980 (hecho al que se alude varias veces) la acción se sitúa en el ficticio monte Dante's Peak (un estratovolcán) y en el pueblo homónimo, igualmente ficticio, que se asienta en un valle cercano; un paraje idílico de la Cordillera de las Cascadas (noroeste de Estados Unidos) muy similar a la zona del monte Rainier, a la del McLoughlin y a la del propio Santa Helena antes de su derrumbamiento (todos estratovolcanes de dicha cordillera). Pueblo y montaña conforman una imagen sorprendentemente familiar, pese al peligro que conlleva vivir junto a un volcán dormido (es decir, inactivo pero que puede hacer erupción). Desde los pequeños barangayes que rodean volcanes como el Pinatubo y el Mayón en Filipinas, al área metropolitana de Nápoles que congrega a millones de personas junto a la gigantesca caldera de los Campos Flégeros (uno de los "supervolcanes", designación rimbombante donde las haya) no lejos de las ruinas de Pompeya y de Herculano, dos de las ciudades destruidas por la erupción del Vesubio en el año 79, los asentamientos junto a estas formaciones no son en absoluto infrecuentes y en muchos casos van más allá de las fértiles tierras que suelen proporcionar. Los volcanes ejercen una poderosa fascinación en la gente, tanto por la majestuosa forma de muchas de sus montañas cónicas como por su poder destructivo. Belleza y peligro, dos fuertes atrayentes que quedan bien plasmados en Dante's Peak.

El Dante's Peak responde al perfil típico de un estratovolcán: alto, escarpado, magma ácido y erupciones violentas; y, que nadie se equivoque, es el auténtico protagonista de la película. Su erupción se desarrolla en varias etapas (quizá demasiado bien definidas): terremotos volcánicos (provocados por el ascenso del magma, incluso se hace distinción entre éstos y los terremotos tectónicos), columna eruptiva, lluvia de lapilli y ceniza (con los típicos rayos volcánicos), coladas de lava, acidificación del agua (por el dióxido de azufre), lahares, nubes ardientes... Prácticamente todo lo que puede ocurrir en una erupción volcánica, pero, como suele ocurrir en las películas, concentrado en un par de días. Sin embargo, aunque las erupciones suelen durar meses o años, es cierto que las erupciones plinianas (como podría clasificarse la de esta película) pueden ser mucho más breves.

Por poner un par de pegas, el lahar (el flujo de agua causado por el deshielo de la nieve de la montaña o por el desbordamiento de lagos) debería haber ocurrido antes teniendo en cuenta las coladas de lava que afloran por todas partes sólo unas horas después de la aparición de la columna eruptiva de gases y ceniza (en la tragedia del Nevado del Ruiz, los lahares apenas tardaron un par de horas en producirse); unas coladas de lava que, por cierto, no son nada frecuentes en una erupción así (por la viscosidad de la lava). La acidificación de las aguas es repentina y excesiva, y las cenizas parecen casi inocuas. Pero no son fallos tan molestos, y quedan en nada al lado de las barbaridades que suelen aparecen en películas como 2012 y sus neutrinos "mutantes" o El Núcleo.

Por otro lado, los personajes humanos (o sea, la gente que sale) son el elemento más flojo. Al frente del elenco tenemos a Pierce Brosnan, como un intrépido vulcanólogo (viudo), y a Linda Hamilton, como la sensata alcaldesa (divorciada). Por supuesto, todos sabemos cómo van a terminar antes incluso de su primera interacción. También hay un par de críos (hijo e hija del personaje de Hamilton), porque por algún motivo no pueden faltar en ninguna película de catástrofes (y de aventuras en general) y, como era de esperar, además, parecen ser inmortales (como las mascotas). El personaje de Hoffman (la abuela de los niños, Ruth) puede parecer realmente imbécil por negarse a abandonar su casa. Sin embargo, está también inspirado en un caso real de un anciano que vivía cerca del Santa Helena cuya terca negativa a evacuar le llevó a la muerte en la erupción de 1980 (una actitud imprudente que en la América profunda se considera heroica). De hecho, muchas de las frases de Ruth parecen sacadas de entrevistas reales que le hicieron a este peculiar sujeto.

También hay un grupo de vulcanólogos algo estereotipados (el jefe gruñón, el graciosillo, el tipo corriente, la chica y el asiático que está de relleno) pero nada inverosímiles ni caricaturizados, aunque poco desarrollados. Su papel de vigilar la montaña se muestra como un oficio peligroso y, aunque puede parecer descabellado a ojos del público, a veces es imprescindible acercarse a volcanes activos para medir cambios en el volumen, temperatura y emisiones de gases. Más aún cuando la tecnología no permitía hacerlo desde lejos. Es tristemente célebre el caso de Katia y Maurice Krafft que murieron por una colada piroclástica unos años antes de la producción de esta película y es probable que inspiraran la escena con la que comienza.

(Sigue sin spoilers)
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
Manospondylus
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