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Voto de Pedro Carrasco:
7
Comedia Babs Johnson (Divine), una guarra que vive con su gorda madre y su hijo en una caravana, acaba de ser nombrada la persona más inmunda del mundo por un periódico local. Pero los Marble, un matrimonio que, entre otras cosas, vende heroína en los colegios y venden bebés a lesbianas, no pueden consentir que Divine les supere en suciedad y depravacion, así que deciden tomar cartas en el asunto. Un filme no apto para mentes sensibles que ... [+]
25 de agosto de 2011
1 de 2 usuarios han encontrado esta crítica útil
Cordura, humanismo, sentido común, civilización, son algunos de los términos que ni John Waters ni ninguno de los que participaron en la creación de no se si llamarlo película, documental de ficción o gesto aberrante y demente de evolución humana conocen. A su lado Visitor Q parece una película de Disney. Me refiero a Pink Flamingos (1972) que argumentalmente hablando trata de cómo dos familias luchan por ser los más inmundos y asquerosos del planeta frente al exigente jurado de la prensa sensacionalista.

El hecho de que la película se base en la lucha por la inmundicia no hace más que mostrarnos lo aberrante y poco recomendable que es esta decadencia mental con el menor gusto estético. Imágenes de sexo explicito, gore, canibalismo, coprofagía, zoofilia con patos, incesto y altas dosis de ordinariez componen este cocktail de demencia, dirigido de forma exageradamente cutre como se puede observar en la escena del cumpleaños de Divine, cuando en su jardín hace una especie de video clip con la cámara corriendo entre los invitados muy suelta, enfocando y desenfocando, sin preocuparse por el sol que quema la imagen de ve en cuando (puro cine Underground, o más bien cine casero). John Waters, el director, declarado esteta del mal gusto, es un observador e investigador nato con un olfato infalible para todo lo que huela a cultura basura, y para todo tipo de costumbres, manías, fenómenos y noticias alejadas del buen gusto y la corrección. Gracias a esta facultad encontró la inspiración para crear a Divine y su hipotética familia.

También habría que decir que tiene algunos puntos a favor, como que todo lo que sale en la película excepto las muertes es real y que su final fue completamente calcado por Oliver Stone en asesinos natos.

En conclusión Pink flamingos está concebida como un catálogo de depravaciones que se suceden casi matemáticamente a lo largo de todo el metraje. Es un circo de los horrores pero de buen rollo, aunque un poco más enferma de lo normal. Como decía el director, el argumento es una excusa para mostrar las escenas más sucias de la historia del cine, para sorprender al más curtido y convencerlo de que no todo se había hecho ya.
Pedro Carrasco
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