Iba a poner un título más original pero bueno, está claro que la obra de Tornatore y ésta están tan enlazadas que no puedes parar de recordar a esa gran obra que era Cinema Paradiso viendo esta sencilla pero placentera película.

El cine como tema para hacer pelis siempre ha sido utilizado. Al fin y al cabo, nuestra vida es un gran largometraje donde los protas y el dire de esa megaproducción somos nosotros mismo. Por eso, no es tan raro ver pelis de la infancia que estén tan arraigadas en el tema del cine. Aquí se meclan varias cosas de esta forma: el amor al cine; el paso de la infancia a la adolescencia y de ésta a la madurez; la repercusión social que tuvo la Revolución Cultural dentro de la China comunista... Todo estos temas son mucho más asimilables si lo cuentas a través de la mirada de un niño, o dos en este caso. Los niños tienen miradas que aun no han sido mancilladas por una sociedad que te dice que es bueno o malo y por eso las cosas que parecen tan sencillas y comunes, en su visión pueden llegar a ser absurdas y críticas.

El cine también tiene esa mirada aunque muchas veces también ha sido ensuciada por regímenes que han intentado fagocitar la memoria y la capacidad de pensar del ser humano. Por eso el cine y la infancia van muchas veces de la mano. De esta forma, se puede criticar algo sin que parezca que nos están metiendo un panfleto. Aquí, en dicha peli, nos critican muchas cosas (sobre todo la hipocresía de una sociedad igualitaria como la China comunista) pero todo endulzado por la infancia de dos niños amigos y amantes del cine que terminan despertando de su sueño cinematográfico de forma brusca y puede ser que hasta cruel(1). También el cine es cruel ya que mientras ves una peli, estás aislado de una realidad desfavorable. Cuando termina, vuelves a dicha realidad.

Historia de cine y niños... como Cinema Paradiso pero hablando en chino.