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España España · Cines Astoria Alicante
Voto de Bloomsday:
7
Drama Texas, principios del siglo XX. Una historia sobre la familia, la avaricia y la religión. Daniel Plainview (Daniel Day-Lewis) se traslada a una miserable ciudad con el propósito de hacer fortuna, pero, a medida que se va enriqueciendo, sus principios y valores desaparecen y acaba dominado por la ambición. Tras encontrar un rico yacimiento de petróleo en 1902, se convierte en un acaudalado magnate. Cuando, años después, intenta ... [+]
19 de febrero de 2008
34 de 51 usuarios han encontrado esta crítica útil
De nuevo los cortes y el metraje comercial (al menos más comercial que la duración original). Al espectador se le hincha la vejiga y tiene que mear. Y las películas no mean; si son buenas sangran, todo lo más. Pero estas cosas mandan y el fast forward del final nos revela que, como bien reza el título original, hubo sangre.

Paul Thomas Anderson nos muestra un brazo, una pierna, un trozo de carne. Pedazos desordenados, sanguinolentos, de los demonios inconclusos que llevamos tatuados. Demonios que forman, además, parte de la iconografía típica de gigantes y elmers gantrys de la América de Woodrow Wilson y los escándalos de la Administración Harding.

El odio, la ambición, el fanatismo... Demonios en constante lucha. Demonios de la propia condición humana que batallan y giran en nuestro estómago con desproporción, con furia; sin sentido. Y giran, giran, giran. En la tierra infinita giran.

Y nos deja a medias la película, siempre pasará igual. Y es que hubo sangre, claro. Con esos demonios nuestros sacrificados por las ansias comerciales que rechazan cualquier forma de esfuerzo en una sala de cine. Triturados; digeribles. Hubo sangre seguro; la de la utopía de un director que pretende que entendamos apoyándose en la turbia narración de los hechos consumados. Un tipo que trata de meternos en la mollera que un personaje de cine puede respirar y afrontar este mundo de sangre y petróleo de forma tan desordenada como cualquiera de nosotros, sin precisar de los andamios explicativos de la ficción. Simplemente un tipo que odia. ¿Por qué? Porque le sale de los cojones o por lo que sea. Por motivos agazapados entre demonios y tierra. Como te pasa a ti. Como me pasa a mí.

Hubo sangre, sin duda. La del celuloide mutilado una vez más.
Bloomsday
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