Una casualidad o no tanta,(¿verdad Alabama?) le brinda la oportunidad de girar su vida irreversiblemente, a la vez que inevitablemente nos llenamos de simpatía hacia el, hasta el punto de casi animarle desde la butaca, claro que si Clarence ,vamos tío estoy contigo!!. El chico que trabaja modestamente, en la tienda de comics, que le gustan las pelis de kungfu y ama a Elvis con ese amor de fan admirado, tan admirado que se le aparece como su dios al que consultarle su proceder y del que espera su conformidad. Genial.
La chica, fantástica, dulce, inocente, preciosa a rabiar, exuberante, picante, cariñosa, enternecedora, caes enamorado irremisiblemente desde que aparece hasta el final de la película.
Los traficantes, el tugurio. Gary Oldman con sus rastas, irrepetible.
Los mafiosos, italianos espaguetis de los que ya no quedan, Walken con Dennis Hopper, mención especial a su escena, mística, divertida, dramática, que dialogo, que iluminación, que ambiente, se cae hipnotizado con la música de opera subiendo lentamente de volumen.
El amiguete, aspirante a actor de Los Ángeles, y su ocupa fumeta Floyd, divertidísimos.
El pijo memo, la escena del porche, hilarante, los polis que lo presionan, te transmiten su excitación por ponerse en acción, uno de ellos, el malogrado Crhis Penn, potente.
Llamar a un alijo de coca, doctor zhivago para ir a vendérsela a un productor de cine. parodia de Oliver Stone, que ha rodado Vietnam me mata, es genial.
La pelea de Arquette con Gandolfini, ya es una película por si sola, él tiroteo, y la conclusión narrada por Alabama con el plano que se aleja de la playa, mientras se oye esa música in crescendo tan bonita, le ponen un broche de oro.