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Voto de TPA:
4
4,6
11.197
Thriller. Drama. Terror
Milo, una estrella del porno ya retirada que vive con su mujer y su hijo, está pasando por apuros económicos. Una cita con una antigua compañera de rodaje, la pornostar Layla, le presenta la oportunidad de trabajar con un tipo llamado Vukmir en su nueva película de porno experimental. Milos acaba aceptando sin saber exactamente lo que va a rodar y acaba sumergido en una tormenta de depravación violencia, snuff, pedofilia, y drogas que ... [+]
6 de noviembre de 2010
33 de 38 usuarios han encontrado esta crítica útil
“Vamos a hacer que Hostel parezca Teletubbielandia”. Éste parece el propósito del novel director Srdjan Spasojevic cuando se dispuso a grabar semejante circo de atrocidades. Censura y autocontrol no son conceptos que contemple esta película que se recrea en lo feo, en lo más cruento y oscuro del ser humano.
Cuando uno se dispone a verla, teniendo en cuenta el revuelo mediático que ha tenido, sabe que afronta la ardua tarea de visualizar, una tras otra, escenas donde la violencia no se limita, ni se deja nada a la imaginación. De hecho se trata, ni más ni menos, de un festival in crescendo, desenfrenado, de aberraciones y torturas físicas y psíquicas insoportables para quien las sufre e igualmente insoportables para el espectador. Entonces, ¿vale la pena? ¿Tiene algún interés? Sinceramente, creo que es un film absolutamente prescindible. No solamente porque técnicamente es correcto, pero nada más, sino también porque en cuanto al argumento y el guión, qué decir... ¿Qué sentido tiene, a estas alturas, plantear que no tendría que hacer falta ser tan absolutamente crudo y visceral para mostrar o explicar algo? En este caso, ninguno.
La historia quiere tener una vertiente metafórica, usando simbolismos y hablando con dureza de la situación de un país que se ha forjado con violencia y sangre, y que parece que es ahora cuando empieza a purgarse y a lamerse las heridas. En cierto modo parece una forma de redención que seguramente la mayoría de nosotros no estamos preparados para ver o entender. Aún así no creo que pueda justificarse la película, pero sí contextualizarla como es debido. Y es que de la misma forma que en México muchísimos artistas y pintores están reflejando en sus imágenes y cuadros la violencia que día a día aflora en sitios como Ciudad Juárez, en Serbia, tanto ésta como, por ejemplo, la excelente Life and Death of a Porno Gang de Mladen Djordjevic, funcionan, en cierto modo, de espejos –aunque por supuesto esto no quiere decir que el día a día en Europa del Este sea como nos lo pintan aquí–.
(Sigue en Spoiler)
Cuando uno se dispone a verla, teniendo en cuenta el revuelo mediático que ha tenido, sabe que afronta la ardua tarea de visualizar, una tras otra, escenas donde la violencia no se limita, ni se deja nada a la imaginación. De hecho se trata, ni más ni menos, de un festival in crescendo, desenfrenado, de aberraciones y torturas físicas y psíquicas insoportables para quien las sufre e igualmente insoportables para el espectador. Entonces, ¿vale la pena? ¿Tiene algún interés? Sinceramente, creo que es un film absolutamente prescindible. No solamente porque técnicamente es correcto, pero nada más, sino también porque en cuanto al argumento y el guión, qué decir... ¿Qué sentido tiene, a estas alturas, plantear que no tendría que hacer falta ser tan absolutamente crudo y visceral para mostrar o explicar algo? En este caso, ninguno.
La historia quiere tener una vertiente metafórica, usando simbolismos y hablando con dureza de la situación de un país que se ha forjado con violencia y sangre, y que parece que es ahora cuando empieza a purgarse y a lamerse las heridas. En cierto modo parece una forma de redención que seguramente la mayoría de nosotros no estamos preparados para ver o entender. Aún así no creo que pueda justificarse la película, pero sí contextualizarla como es debido. Y es que de la misma forma que en México muchísimos artistas y pintores están reflejando en sus imágenes y cuadros la violencia que día a día aflora en sitios como Ciudad Juárez, en Serbia, tanto ésta como, por ejemplo, la excelente Life and Death of a Porno Gang de Mladen Djordjevic, funcionan, en cierto modo, de espejos –aunque por supuesto esto no quiere decir que el día a día en Europa del Este sea como nos lo pintan aquí–.
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SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama.
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spoiler:
De todos modos sospechamos que, presuntamente, el director haya elegido el camino de la violencia extrema como técnica de marketing, con la controversia como forma de expansión y reconocimiento. Si es así, indudablemente está consiguiendo su objetivo, con un método más que reprobable. Sin embargo igual de reprobable o más eran las infames Hostel de Eli Roth. A Serbian Film puede presumir, por lo menos, de ser genuina: sabe de lo que habla, sabe de dónde habla, y sabe, seguramente, por qué habla así. Eli Roth, en cambio, se va a Europa del Este, concretamente a Eslovaquia, y allí empieza una masacre sin criterio alguno en la que todos los eslovacos sin excepción son unos desalmados. Lo mismo pasa con la reciente y anodina Captifs, del también director novel francés Yann Gozlan, en Kosovo.
Así pues, A Serbian Film apenas se sostiene por algo más que por su alto contenido violento, cosa que no la hace recomendable para nadie que esté interesado en ver una buena película, y si bien sí que tiene algunos puntos relevantes éstos quedan eclipsados por el constante acoso sangriento al que están sometidos los personajes.
Así pues, A Serbian Film apenas se sostiene por algo más que por su alto contenido violento, cosa que no la hace recomendable para nadie que esté interesado en ver una buena película, y si bien sí que tiene algunos puntos relevantes éstos quedan eclipsados por el constante acoso sangriento al que están sometidos los personajes.