Haz click aquí para copiar la URL
Voto de HBatarón:
4
Comedia. Romance En la Francia de los años 20, durante la época dorada del jazz, un mago inglés (Colin Firth) está decidido a desenmascarar a una falsa médium (Emma Stone). Esto desencadenará una serie de hechos mágicos que sacudirán la vida de ambos.
3 de mayo de 2018
4 de 5 usuarios han encontrado esta crítica útil
Esta película es de esas que se tienen que ver «con los ojos cerrados (venga va, dejémoslo en entornados) y el corazón abierto». Es la clase de cintas que entusiasmarían a mi profesor de Felicidad. Y ya van unas cuantas de Woody (y no me considero un experto «allenista», ni mucho menos) en las que observo una profunda dedicación por mostrar algunos aspectos de la filosofía relacionados precisamente con su visión particular de la felicidad. Y eso, francamente, me entusiasma.

Con ❝Magia a la luz de la luna❞, Woody Allen nos habla sobre cómo racionalizarlo todo te roba la magia (y la felicidad) de la vida, y de cuánto necesitamos algunas «mentiras» para sobrevivir; de cuando el hombre más genial -y egocéntrico- aprendió a desdramatizarlo todo y a dejarse llevar, y sobre qué le condujo a tomarse la vida menos en serio, a inclinarse por sus misterios y por la incertidumbre del día a día (recuerdo a Anthony de Mello con su idea de que la valentía no consiste en tener todo bajo control, sino en mostrar verdadera seguridad ante la incertidumbre); y de la diferencia entre ver la vida bajo el estricto filtro del raciocinio o bajo la libertad de dejarse sentir, vivir el momento y no cuestionarse la propia felicidad.

Hay una escena (dos, o incluso tres) sobre cada uno de los aspectos que he mencionado con anterioridad; desde el momento en el que el mago Colin Firth «apaga» su eterno ajetreo mental para ser consciente del camino por el que está paseando -y del agradable olor de las flores que le rodean- hasta cuando se resigna a no cuestionarse sus propios sentimientos y le hace una -particular- propuesta de matrimonio a la siempre magnífica Emma Stone.

Y es que sobre felicidad hay mucho escrito. Y uno, claro, muestra las cosas como las siente. Y fíjate lo que yo siento con esta película que ¡oye!, si un director logra expresar tanto con tan poco (y lo que a mí me gusta el formato de hora y media de las pelis de Woody; tenía que decirlo), creo que puedo ponerle un notable y no sentirme tan embaucado; porque tampoco pienso pensarlo mucho, ¿eh? Y si no estás de acuerdo conmigo, «es lo interesante de la inteligencia: no hay que desesperar, la tuya puede aumentar». De momento, seguiré siendo un «irritante liliputiense». Y lo que yo me he reído con esta y otras de las excentricidades del mago egocéntrico e hiperracionalista ingeniado por el director estadounidense, no me lo quita nadie.

El comediante y filósofo Allen realizó esta película. Yo te recomiendo verla y reverla. Aun así, ¿te lo vas a pensar?

A un amigo «muy fan» de la Stone.
HBatarón
¿Te ha resultado interesante y/o útil esta crítica?
arrow