Fritz Lang basó en hechos reales esta intriga antinazi con tensos pasajes de suspense y misterio, peleas a muerte y malvados caracteres.

Lo malo es que Lang concede demasiado protagonismo a la sosa relación amorosa entre Gary Cooper y Lilli Palmer, lo cual provoca que el conjunto del film pierda enfoque y concreción.

Al margen de ello, la película presenta una sólida narración con diversidad de escenarios, personajes secundarios interesantes, giros sorprendentes y un tratamiento estético sobresaliente, cualidades que convierten a esta cinta en un disfrutable título de espionaje de atmósfera negra.