Es la historia de un rubiales que debe reunir tres objetos para obtener el poder absoluto (el cual no le interesa) y para ello debe derrotar a un brujo por encargo, el cual rechaza para en la siguiente toma ir a confrontarlo.

El guion es pésimo, las actuaciones mediocres (tal vez destaque el atípico héroe interpretado por Rick Hill), el diseño de producción malillo pero resultón. Lo más rescatable es la banda sonora, con un tema principal bastante atractivo.

Por otro lado, he de agradecer la escasa duración, pues aún así hay segmentos alargados, como la estancia en el castillo del brujo acompañados de desnudos y tetas (no problemo) Volviendo a la historia, no tiene mucho sentido. Los objetos (la espada de comunión, el cáliz y el colgante) son meros mcguffins para que el protagonista se enfrente al villano de turno. Hay personajes, como la bruja ,que solo sirven para explicar la trama y que el prota no se pierda mucho en la trama, pues este solo piensa con el miembro y entre tía que pilla y tía que pilla también, necesita que lo reubiquen.

Como se puede ver, una mera historia funcional (mal escrita) para el festival de casquería, casposos maquillajes, chapuceras escenas de acción y desnudos de bellezones a tutiplén. Aún con estos defectos, es una cinta curiosa como bizarrada.

Disfrutable si sabes a lo que vas y tienes el cerebro apagado.

3/10