Cinta muy, muy emotiva y llena de sentimientos. Al terminar de verla se te cae el alma de lo triste que puede llegar a ser. Lo cierto es que es un drama, pero pese a todo lo vivido durante el film, se puede decir que este acaba bien o, al menos, de la mejor manera posible para el señor Hawking. Su vida amorosa fue un auténtico drama según esta película. Como cambia el cuento cuando pasan los años y el amor poco a poco se va desvaneciendo. El protagonista tuvo que enfrentarse a su amor, a su enfermedad, a su pasión, que fue, y siempre será, la ciencia. En esta cinta se nos indica que el paso del tiempo es muy duro y muy difícil de sobrellevar. En un principio el matrimonio es uno sin fisuras. Los dos se aman y se quieren. Conforme pasa el tiempo van teniendo hijos, pero ella se ve desbordada. De modo que conoce a un tipo creyente que se ofrece a ayudarlos. Esta historia todos ya nos la conocemos. Ella se siente atraída por este hombre y al final los dos se enamoran el uno del otro. Y nuestro protagonista superando todas y cada una de las barreras que el destino le pone. Menos mal que es una persona fuerte porque aguantar todo eso no lo hace, para nada, cualquiera. Fue de los pocos que sobrevivió a su enfermedad, que en aquella época era aún más complicado que hoy en día. El momento en el que ella le dice que lo quiso, es decir, que ya no le quiere y, al momento, él llora... es un auténtico drama. Muy difícil no emocionarte y no sentir simpatía por Stephen. La escena del final de la película... cuando juntos, ya separados y con sus hijos cerca, él le dice a ella que mire todo lo que han hecho... La cinta rebobina hasta el principio, que fue el momento en el que se conocieron, y la música... impecable. Te hace o hará llorar siempre que la escuches y veas como los recuerdos invaden a los personajes porque nos llena de nostalgia. Una película maravillosa que te hace sentir y, especialmente, sufrir por el inteligente científico. Te lleva a admirarlo, no sólo por lo que consiguió en el aspecto profesional, sino también por su fortaleza interior, por haber superado todos los obstáculos hasta el día de hoy. Yo conocí a mi pareja en unas circunstancias muy parecidas, ya que un servidor era de ciencias mientras ella era de letras, por lo que este film me trae muy buenos recuerdos, aunque, eso sí, espero que nosotros, a diferencia del pobre Stephen y su mujer, sí duremos para toda la vida.