Aún no he visto Blue Valentine, pero ojalá sea una película tan buena como esta. Y sí, lo digo porque Derek Cianfrance también estuvo detrás de esa propuesta. Y es que a pesar de que Cruce de caminos está muy lejos de acercarse a cualquiera de mis producciones preferidas, el que escribe esto reconoce abiertamente que se trata de una cinta sólida y muy bien pensada que cala en el espectador. La trama está dividida en 3 partes y todas ellas convergen de un modo efectivo y realista. El elemento que dichas partes tienen en común es el drama, el cual, por cierto, está correctamente medido y plasmado. Los personajes son otro gran acierto, ya que resultan interesantes y poseen matices que los hacen creíbles. Otra cosa a destacar es que el protagonismo del film está sumamente repartido entre 4 personas, algo que no es habitual. A lo largo del visionado se aprecian varios planos secuencia de lo más llamativos y una fotografía notable. En ocasiones el destino puede llegar a ser muy caprichoso... El reparto está de 10, aunque si me tuviera que quedar con solo un actor, ese sería Dane DeHaan debido a la dificultad de su papel y a su innata habilidad para interpretarlo pese a su juventud. Creo que estamos ante un trabajo (bastante) mejor de lo que parece a primera vista y que ofrece un relato mucho más emotivo de lo esperado.