Finalmente, se agradece una película que capte en profundidad la esencia de la obra de Philip K Dick. Otros filmes basados en novelas de este autor pueden ser buenas, incluso clásicos indiscutibles, pero en ningún momento se alcanzó como en A Scanner Darkly la paranoia, la angustia, y la desconfianza que muchos libros de Dick transmiten.

Una presentación atrevida y poco común, así como muy vistosa, añaden una dimensión más a una historia acerca de la drogadicción y el sentirse permanentemente vigilado, sobre las alucinaciones y el control totalitarista gubernamental, y sobre todo, sobre el llegar a un punto en que uno mismo no sabe ni quién es, ni por qué está en el punto al que ha llegado.