Da gusto ver comedias como esta, porque reflejan una realidad tan irreal que puedes evadirte mucho mejor que viajando a galaxias lejanas o Tierras Medias. En estas películas, el director no existe (puede rodarlas cualquiera), los protagonistas son guapísimos, todos tienen trabajos maravillosos en los que todos son compañeros y se sientan en las mesas de cada uno para salsear, cenan en sitios increíbles y tienen, o van a tener, unos pisazos que no son de este mundo. O directamente yates, qué pasa. ¿y el guión? Pues machista, como siempre, con esas mujeres que SOLO quieren casarse y esos hombres folladores compulsivos, aunque se desliza alguna verdad incómoda (sí, hay mujeres que adoran el drama y sí, hay hombres que solo viven para follar y a veces coinciden). Y luego está el cuerpazo de Scarlett Johansson, que tampoco es de este mundo. Qué pena que tenga un papel tan idiota.