A veces se escribe todo un guion en dos horas y con dos chupitos de un licor más o menos venenoso, y esta es la prueba. Es casi imposible, en circunstancias normales y en horario laboral, juntar tantos diálogos estúpidos con situaciones risibles. No es humanamente que la única testigo de todo un caso de más de 25 asesinatos se escape hasta CUATRO veces de la policía, solo con ponerse el abrigo y ya está. Es también muy poco explicable que el villano encuentre a su víctima SIEMPRE que se dispone a buscarla con el coche, y asín todo. El resto es también risible, desde las actuaciones (ese gesto de Nicholas con el labio inferior caído) hasta el montaje, con varias cámaras simultáneas y moviéndose filmando una charla en una cafetería. De todas formas, lo mejor es comprobar como todos los personajes siempre se encuentran en el momento justo si la situación lo requiere. Siempre.