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Voto de Juan Roures:
2
Drama El padre Greg Pilkington, un joven sacerdote católico, llega a un pueblo de Irlanda para sustituir al antiguo párroco, recientemente fallecido. Pronto tendrá que afrontar dos espinosos problemas: el del secreto de la confesión, aun cuando se trate de delitos denunciables, y el de su homosexualidad, que mantiene en secreto. (FILMAFFINITY)
4 de junio de 2012
4 de 6 usuarios han encontrado esta crítica útil
Un joven cura afronta la homosexualidad y sus dudas acerca del catolicismo. La historia suena bien, pero en este film no hay emoción alguna. Sencillamente porque está mal hecha de principio a fin. Los personajes no evolucionan ni cambian, los hechos se suceden sin conexión y las actuaciones carecen de toda sutilidad.

Hemos de preocuparnos por un protagonista que ni siquiera es presentado como es debido. Éste se ve rodeado de personajes absurdos con historias ridículas cuyas formas de actuar no tienen ni pies ni cabeza. Una chica confiesa a primera de cambio que su padre abusa de ella, pero se niega a decírselo a su madre... pese a que en cuanto ésta se entera todo se soluciona de forma simplona... ella culpa al cura de no haberlo dicho pese a ser ella misma una madre tan espantosa. El protagonista se acuesta con un chico a la primera de cambio en un bar de ambiente pese a que su sexualidad debe mantener en secreto... sólo para tratarle después con total desprecio... hasta que éste se harta de él y se busca otro... y entonces el cura se arrepiente: de pronto se quieren (sobra decir que la historia de amor no es ni mínimamente desarrollada). El cura tradicional acepta la homosexualidad del protagonista en cuanto se entera sin siquiera planteárselo (no hay tensión alguna). La lista de despropósitos es larga.

Nada destaca entre el apartado técnico, al margen de algún que otro movimiento de cámara bastante amateur. Aunque ante semejante mediocridad de guión y dirección, los errores técnicos importan poco. En cualquier caso, lo único interesante del film es la duda religiosa mezclada con la identidad homosexual, aunque cada vez que parece que va a tratarse con el más mínimo estilo, la escena se vuelve vulgar de nuevo: sabemos que el protagonista es gay y cura, pero eso es todo. En resumen, la única utilidad de "Priest" es utilizarla como ejemplo de cómo NO hacer una película.
Juan Roures
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