Lo mejor de este western crepuscular es la actuación de Charlton Heston; el papel parece hecho a su medida: un llanero solitario parco en palabras y temeroso del amor. Su fotografía en maravilloso Technicolor también resulta fantástica. Y el tema principal de su banda sonora, compuesto por David Raksin, el de "Laura" (1944), es muy pegadizo.

Lo que menos me gusta, además de ese absurdo título que le pusieron en España, es lo anecdótico que resulta el argumento; en poco más de una hora se habría resuelto a la perfección. Probablemente, la escena final no esté todo lo bien rematada que debiera. Y es que, yo no me acabo de creer tantas evasivas de Heston hacia la chica. Por muy "lonely cowboy" que sea uno, hay cosas que no se pueden rechazar en esta vida (en las últimas líneas de guión le falta convencimiento al protagonista). Por cierto, el malo de la historia está un pelín pasado de rosca.