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Comedia. Romance
Adaptación de una comedia de Shakespeare. El Príncipe Don Pedro de Aragón (Denzel Washington) regresa victorioso de una batalla acompañado de su hermano bastardo Don Juan (Keanu Reeves), de Benedicto (Kenneth Branagh) y de Claudio (Robert Sean Leonard), un joven florentino que ha sido colmado de honores por el gran valor mostrado en el campo de batalla. Son recibidos con gran regocijo por el caballero Leonato, que vive con su hija Hero ... [+]
6 de septiembre de 2009
16 de 18 usuarios han encontrado esta crítica útil
Kenneth Branagh es, junto a Laurence Olivier,Orson Welles y Franco Zeffirelli, el director shakespeariano por antonomasia. Sin olvidar otras memorables adaptacionesde la obra del bardo inglés ("Trono de sangre" y "Ran" de Kurosawa, "Titus" de Julie Timor), han sido los mencionados autores los que han prestado mayor interés a las tragedias y comedias de Shakespeare y han ofrecido al público películas de mayor calado popular y éxito crítico.
"Henry V" inauguró la desigual carrera como cineasta de Brannagh. "Mucho ruido y pocas nueces" fue la segunda adaptación que llevó a cabo, anterior a sus "Hamlet" y "Trabajos de amor perdidos". Considerado por la crítica (y seguramente por él mismo) heredero de su paisano Olivier, este brillante, megalómano e irregular director, capaz de firmar películas interesantes como "los amigos de Peter", pero también de dirigir bodrios como "Frankenstein", con esta película que ahora mismo entro a valorar alcanzó su cima creativa.
"Mucho ruido y pocas nueces" forma parte de las comedias escritas por el dramaturgo inglés. Hay que reseñar que muchas veces el escritor gusta de mezclar, con mayor o menor acierto, elementos cómicos y trágicos como ocurre en este caso. No es el único. Baste recordar títulos como "Las alegres comadres de Windsor" y "Como gustéis" para demostrar que no es un rasgo exclusivo de esta obra. La historia narra el regreso de Don Pedro, príncipe de Aragón, tras la guerra que ha llevado a cabo contra su hermanastro Don Juan a la hacienda del Señor leonato, su amigo. Allí, bajo el sol luminoso de Mesina, seremos testigos de los avatares de dos parejas, la primera formada por el chistoso Benedicto y la díscola Beatriz, la otra, por los cándidos Claudio y Hero. Será ésta última la que provocará la tragedia, mientras que los personajes de Benedicto y Beatriz darán el tono festivo a la acción, ayudados por la impresentable Dogberry. Es cierto que hay otra historia, la del odio de Don Juan contra Don Pedro, pero, siendo relevante, no deja de ser secundaria.
"Henry V" inauguró la desigual carrera como cineasta de Brannagh. "Mucho ruido y pocas nueces" fue la segunda adaptación que llevó a cabo, anterior a sus "Hamlet" y "Trabajos de amor perdidos". Considerado por la crítica (y seguramente por él mismo) heredero de su paisano Olivier, este brillante, megalómano e irregular director, capaz de firmar películas interesantes como "los amigos de Peter", pero también de dirigir bodrios como "Frankenstein", con esta película que ahora mismo entro a valorar alcanzó su cima creativa.
"Mucho ruido y pocas nueces" forma parte de las comedias escritas por el dramaturgo inglés. Hay que reseñar que muchas veces el escritor gusta de mezclar, con mayor o menor acierto, elementos cómicos y trágicos como ocurre en este caso. No es el único. Baste recordar títulos como "Las alegres comadres de Windsor" y "Como gustéis" para demostrar que no es un rasgo exclusivo de esta obra. La historia narra el regreso de Don Pedro, príncipe de Aragón, tras la guerra que ha llevado a cabo contra su hermanastro Don Juan a la hacienda del Señor leonato, su amigo. Allí, bajo el sol luminoso de Mesina, seremos testigos de los avatares de dos parejas, la primera formada por el chistoso Benedicto y la díscola Beatriz, la otra, por los cándidos Claudio y Hero. Será ésta última la que provocará la tragedia, mientras que los personajes de Benedicto y Beatriz darán el tono festivo a la acción, ayudados por la impresentable Dogberry. Es cierto que hay otra historia, la del odio de Don Juan contra Don Pedro, pero, siendo relevante, no deja de ser secundaria.
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama.
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spoiler:
El trabajo de los actores es antológico, si exceptuamos la apergaminada caracterización que de Juan hace un inexpresivo Keanu reeves. El resto es para aplaudir y no parar. Kenneth Branagh interpreta maravillosamente a Benedicto, alternando bufonería lenguaraz con suspiros de enamorado. Emma Thompson (que por aquel entonces era su esposa) le da réplica divertídisima como Beatriz, émulo de otro personaje shakesperiano conocido, el de "La fierecilla domada". Denzel Washinghton otorga a su Don Pedro la dignidad y la prestancia, mientras que Robert Sean Leonard (el adolescente suicida de "El club de los poetas muertos" y Kate Beckinsale interpretan a Claudio y Hero convincentemente. Mención especial merece Michael Keaton en un papel de histrión chocarrero y delirante, que le da el contrapunto casi absurdo a la comedia.
Branagh, en sus labores tras la cámara, imprime fluidez y ritmo a la historia y, grácias a una fotografía llena de colorido y a una magnífica banda sonora de Patrick Doyle, colaborador habitual del director inglés, también sensualidad y alegría, melancolía y dolor, una explosión de sentimientos que consiguen prender en el corazón del espectador la chispa de la emoción y la risa. Sólo Zeffirelli, especialmente en "Romeo y Julieta", ha sido capaz de dar a tanta carnalidad a una adaptación del inmortal escritor.
Mejor dirigida que su opera prima, menos prerenciosa que su "Hamlet" y más conseguida que "Trabajos de amor eterno", "Mucho ruido y pocas nueces" consigue lo que pocas adaptaciones, trascender su orígen teatral para dar una lección de cine y de alegría de vivir.
Branagh, en sus labores tras la cámara, imprime fluidez y ritmo a la historia y, grácias a una fotografía llena de colorido y a una magnífica banda sonora de Patrick Doyle, colaborador habitual del director inglés, también sensualidad y alegría, melancolía y dolor, una explosión de sentimientos que consiguen prender en el corazón del espectador la chispa de la emoción y la risa. Sólo Zeffirelli, especialmente en "Romeo y Julieta", ha sido capaz de dar a tanta carnalidad a una adaptación del inmortal escritor.
Mejor dirigida que su opera prima, menos prerenciosa que su "Hamlet" y más conseguida que "Trabajos de amor eterno", "Mucho ruido y pocas nueces" consigue lo que pocas adaptaciones, trascender su orígen teatral para dar una lección de cine y de alegría de vivir.