La película tiene estilo, carisma, los actores están excelentes, la selección musical es magnífica, la dirección de Danny Boyle es espectacular te explica cosas terribles de una manera amena, con unas dosis de humor negro y un ritmo tremendos.
No en vano es uno de los clásicos de mi generación, uno de los pocos clásicos de los 90, el mundo del cine está cambiando, hoy en día es un milagro encontrar una propuesta atractiva, está lo es y mucho, todo esto solo es posible fuera de Hollywood donde el cine aún sigue siendo un arte (no en todos los casos que aquí se hacen también unas castañas...) y no una industria, una máquina de hacer dinero y poco más.