Trance es una pelicula de robos que comienza muy chuli y se va desinflando porque el "robador" no sabe dónde está lo robado.

Yo al principio aluciné por dentro de mi personalidad... Es que me parecía preciosa; después viendo lo que sucedía con esos giros minuto a minuto, encontré mi cabeza tan retorcida como la de la niña del exorcista.
La acción llega para los finales y no es que haya mucha. Atención a una de las últimas escenas, la de un coche ardiendo.
Estoy yo pensando que en realidad los humanos necesitamos que si vemos una de robos, se acompañe de grandes corridas (Corridas de coches, se entiende) persecuciones, disparos y muertes varias de esas que nos gustan.
Al final este tipo de películas sirven para que todos nos veamos reflejados en los ladrones, disfrutando de nuestras riquezas, tumbados sobre una hamaca bebiendo mojito caribeño en una isla soleada. ¿A que si?