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España España · Rivas-Vaciamadrid
Voto de Quinto Sertorio:
6
Fantástico. Acción El abogado Matt Murdock es ciego a causa de un residuo radioactivo, pero sus otros cuatro sentidos están especialmente agudizados. De día, Murdock representa a los oprimidos. Por la noche, es Daredevil, un héroe enmascarado que vigila las oscuras calles de la ciudad y lucha contra toda clase de injusticias... Adaptación del héroe de cómic de Marvel conocido como "el hombre sin miedo".
24 de diciembre de 2013
22 de 23 usuarios han encontrado esta crítica útil
Admitámoslo, Daredevil (Dan Defensor para mi generación) siempre fue un Spiderman de Segunda. Tán solo este soso personaje brilló con luz propia y fascinó a los aficcionados de los comics cuando Frank Miller tomó las riendas de una serie abocada al cierre. Miller creó una historia interesante con ninjas, senseis, un malvado implacable y un amor fatal. Recogió unos secundarios sin personalidad como Bullseye creando en él la némesis de Daredevil, y creó unos secundarios magníficos: el periodista Ben Urich, un trasunto del Comisario Gordon de Batrman, o la magnética Elektra. Miller dota de alma y de vida a un personaje plano, plano.

Steven Johnson, guionista y director de la película intenta captar la esencia de este paréntesis brillante del anodino superhéroe. Sin embargo, este entusiasmo le lleva a mezclar y batir todos esos ingredientes en un resultado desigual. Se le corta la mayonesa. La película, dentro de las adaptaciones de Marvel, supera a los horrores de El Castigador o de los Cuatro fantásticos, aborrecibles donde las haya. No es brillante, pero no está tan mal. El creador pretende innovar al personaje. Su traje no está nada mal y es un acierto la visión de sónar de Daredevil, un gran acierto. En su cuenta de debe, el personaje de Matt Murdock resulta poco creíble, soberbio e incoherente, nunca fue un justiciero asesino, resulta lamentable el desarrollo de la relación con Elektra, un auténtico despropósito desde la primera escena; es gratuito el cambio de raza de Kingpin (encarnado por un magnífico Clarke Duncan) o las escenas de humor negro con Bullseye; el personaje de Ben Urich es ridículo en su planteamiento, aparte de una estética completamente trasnochada, y sobretodo, resulta innecesario el intento de establecer un paralelismo con Batman, desde la muerte de su padre, con un personaje misterioso que deja rosas, sus movimientos cuando patrulla, o cuando acecha desde las cornisas entre gárgolas, o cuando deja el símbolo de Daredevil en el suelo. De hecho, ha intentado que Bullseye sea una especie de Joker. Lamentable.

Respecto a las escenas de acción, lleva el lastre de Matrix, pero resultan espectaculares, con planos estéticos (el reflejo en el charco, etc) que muestran que el director quería ser original.

Daredevil es correcta, se deja ver, es ágil y rápida en su desarrollo. Hay cosas peores. Y no olvidemos que se trata de un eterno superhéroe segundón. No pidamos peras al olmo.
Quinto Sertorio
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