Magnífica intriga. Hoy en día, hubiesen aderezado la historia que nos narran, con un supercomando-Gerald Butler, Wesley Snipes tienen filmes sobre el mismo tema- que se hubiese infiltrado en plan "Misión imposible", con persecuciones, disparos y efectos especiales a tutiplén. Por suerte, estábamos en los 60 y lo realmente importante era el guión, los intérpretes y la dirección. Y esta película anda sobrada de talento en todos los ítems mencionados. Un Frankenheimer inspiradísimo, jugando con escenas casi documentalistas al inicio, en la pelea entre manifestantes en la que se introduce con la cámara o como magnifica la imagen mesiánica y dictatorial del militar encarnado por Lancaster con ese plano desde su espalda, donde ves como sus compinches están acongojados ante su persona. Unos magníficos intérpretes, todos soberbios en una película claramente coral, en la que todos tienen sus minutos de gloria. Y ese guión, escrito por un Rod Serling en levitación, donde nada queda al azar ni se atisba agujero alguno.

Y no deja de ser curioso, como lo narrado lo hemos visto en la historia real. A mí no deja de recordarme el fallido golpe militar que le costó la presidencia a Gorbachov y que a la postre, supuso el fin de la Unión Soviética. Tiene muchos puntos en común.