Dentro de la mitología vampírica, Daybreakers es una distopía ¿ o quizás una ucronia? que correspondería a la continuación inesperada del clásico libro de Richard Matheson " Soy leyenda" que narra las andanzas del último hombre frente a una sociedad vampira incipiente y civilizada que elimina a los otros vampiros dominados por su faceta más depredadora y bestial.

Estos planteamientos son recogidos y adaptados por los hermanos Spierig en una película original y valiente, con un punto gore, que se aleja de los metrosexuales tronistas de la saga Crepúsculo. Juega con el "What if?" de los cómics Marvel, una realidad alternativa en la que los vampiros, aparentemente civilizados, dominan la tierra. ¿Podrían sobrevivir sin humanos? Esa es la cuestión. Y como contesta el personaje de Willem Dafoe, es la respuesta al vital acertijo.

Con medios limitados, los Spierig saben aprovechar lo que tienen a su alcance. Edificios modernos, un andén de metro y cuatro pasillos, rodajes nocturnos, escenas diurnas en un mundo rural y un inteligente empleo de paneles de propaganda y ficticios programas de TV. Con todo ello nos construyen y transmiten sin fisuras como sería esa sociedad vampírica. ¡ si toman cortados con sangre y un terrón! ¡Si hasta se divorcian! Es un buen diseño de producción.

Asimismo la historia nos hace reflexionar sobre la percepción del depredador. ¿Sufrimos al pensar en las granjas intensivas de cerdos y en sus mataderos? Para la sociedad vampira, los humanos no son más que cerdos a los que les ha llegado su San Martín. Pero también hay "animalistas" vampiros, como el protagonista. En el fondo la película entronca con el espíritu de "El planeta de los simios" en cuanto al desprecio y superioridad que siente la clase dirigente ante la especie humana.

Rodada con brío, sobriedad y buen pulso para las escenas de acción pero también para los abundantes y necesarios diálogos, la historia no tiene cabos sueltos, y todo lo relatado encaja como las piezas de un reloj de cuco. La definición de los personajes es magnifica. Muchos borradores les habrá costado. Nada falta y quizás sobra algo de gore, aunque tratándose de vampiros cuando nos ofrecen su lado más animal...

Es una grata sorpresa en un género tan manoseado con escasa fortuna. Filmes como Daybreakers nos dan esperanzas en encontrar aspectos novedosos y de interés para este género entre tanta mediocridad.