Adaptar el correspondiente pelotazo novelado de la correspondiente campaña librera, es un punto de partida que puede llegar a condenarte. Eso es lo que le ha ocurrido a este thriller destinado a ser un éxito a priori. Un lastre que la ha condenado sin remedio.
La chica del tren es una película rutinaria y banal, que no termina de arrancar ni enganchar en todo el metraje. Un menoscabo de enorme magnitud, a pesar de contar con un considerable presupuesto y un admirable elenco.
Una obra que se inicia de manera acertada, con ciertas dosis de intriga y desenvoltura, para acabar convertida en casi un melodrama de sobremesa televisiva.
Un film forzoso, cansino y engañoso. Realizado para cumplir el trámite. Unos personajes planos y poco atractivos. Una historia poco sorprendente, aunque seas de los poquitos que no ha leído el libro.