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Argentina Argentina · Rosario
Voto de Danivtar:
10
Drama La vida de dos hermanos sufre un brusco cambio cuando de repente aparece su padre, al que sólo recordaban por una vieja fotografía. ¿Es realmente su padre? ¿Por qué ha vuelto después de tanto tiempo? Los chicos encontrarán la respuesta a sus preguntas en una remota y solitaria isla, después de un emocionante viaje con su padre por los bellos parajes de Siberia. Ópera prima del realizador ruso Zvyagintsev, ganó el León de Oro en Venecia, ... [+]
13 de enero de 2015
6 de 6 usuarios han encontrado esta crítica útil
Sorprendente y hermético debut de Andrei Zvyagintsev. Factura de cine con mayúsculas, impronta de un director que evidentemente sabe qué hacer con una cámara. Relata la historia de dos hermanos, Andrei e Iván, que habiendo crecido prácticamente en ausencia de su padre, se encuentran repentinamente con su regreso a casa. Nada en este film debe ser tomado de manera literal. El relato es fuertemente simbólico y alegórico. El padre ausente representa aquí mucho más que la correspondiente situación en términos mundanos, y la recia y varonil figura encarnada por Konstantin Lavronenko no significa sólo un simple padre biológico. La vida de esos chicos crecidos en la atmósfera un tanto sobreprotectora de la madre -madre y abuela se han hecho cargo de ellos hasta ahora- resultará conmocionada por la misteriosa aparición en escena de ese personaje asaz temible que, evidentemente, tiene planes para con ellos. Con el permiso de la madre, Andrei e Iván realizarán un viaje con su padre. Lo materno abre así las puertas a una influencia diferente, pues prolongar indebidamente este tiempo equivale a veneno. Ni Andrei ni mucho menos Iván sospechan el desafío que ha caído sobre ellos. Creen que irán a ver unas cascadas, a pescar, a divertirse y a descansar, y sin embargo un mundo de retos y exigencias se abatirá pronto sobre ellos. Por supuesto, se trata de una aventura formacional, de una inflexión crucial en la vida de los muchachos, en la cual está implicado su crecimiento, el difícil tránsito de la muelle y dulce infancia a la relativamente más dura etapa de la mayoría de edad. Paisajes remotos, solitarios y fascinantes serán los escenarios de este drama, los cuales nos remiten al mundo interior del ser, que es lo que realmente está en juego. Los silencios hablan en todo el itinerario: son la verdadera banda sonora, más allá de la sutil y exquisita composición de Andrey Dergatchev que se cuela delicadamente entre sus intersticios. Y por momentos las figuras de los tres personajes se reducen a meras sombras, a pálidas siluetas recortadas sobre un fondo neblinoso, hablándonos del mundo sutil donde ocurren en realidad los hechos, netos eventos del universo interior, del alma. Andrei e Iván representan asimismo las opuestas disposiciones internas ante la exigencia vital del salto a un estadio superior y más maduro, abandonando las prebendas y delicias de la infancia y aceptando las flamantes obligaciones. Iván, el hermano menor -a quien ya veíamos flaquear ante el miedo al principio del film, cuando rehúsa saltar al agua desde la alta torre del muelle- representará después precisamente la resistencia, la tenaz negación de aceptar el reto que la vida le impone -en este caso a través de la figura del padre, a quien desafiará todo el tiempo y presentará amarga oposición, entrando incluso en conflicto con Andrei, sumiso éste y bien dispuesto.

Soy del parecer que nuestra civilización, basada en valores superficiales como la comodidad y el éxito, es tan huérfana como los hermanos Andrei e Iván antes de la llegada del padre. También padecemos esa ausencia de un "padre" que significa enseñanza esencial, formación del hombre como tal -y no como mero engranaje de la maquinaria mundanal. La sencilla historia de este film notable y profundo que recomiendo sin vacilar se convierte de esa manera, un poco, en el drama de toda la especie humana.
Danivtar
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