Da la sensación de que Ina Weisse cree que ha dado con la tecla desde el primer momento, tan solo con el argumento y el reparto. Ese conformismo, patente en todo el metraje, convierte la película en algo insulso, sin emoción. No hay crecimiento, solo estancamiento. No dudo de que Nina Hoss sea buena actriz, pero aquí está mal dirigida. Incluso sus matices más "imprevisibles" son "previsibles", además, en todo momento parece tener como referencia una de las joyas del cine europeo reciente, "La pianista". Pero el retorcimiento mental y extremo de Huppert nada tienen que ver con esta mujer. Nunca sorprende, nunca atrapa y, aunque tampoco se puede calificar de mala película, dista a años luz de ser recordada.