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Voto de Claudia Andrea Contigli:
10
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7,1
12.269
Drama
Nigel (Hugh Grant) y su mujer Fiona (Kristin Scott-Thomas) son un matrimonio británico de crucero para celebrar su séptimo aniversario de boda. A bordo conocen a la atractiva y deshinibida Mimi (Emmanuelle Seigner) y a su marido Oscar (Peter Coyote), un norteamericano que está inválido en una silla de ruedas. Nigel empieza a sentirse atraído por Mimi, y Oscar, que se da cuenta, le propone que intente seducirla, pero antes le cuenta cómo ... [+]
21 de septiembre de 2010
9 de 11 usuarios han encontrado esta crítica útil
La más "shockeante" película de retorcido suspenso y drama psicologista que jamás he visto es "Perversa Luna de Hiel" ("Bitter Moon", o simplemente "Luna de Hiel"), 1992, dirigida por el siempre inspirado maestro del "cine negro", Roman Polansky. Refleja el sadomasoquismo llevado a su máxima expresión, de una pareja que, integrada inicialmente por una mujer desvalorizada y ridiculizada por su marido play-boy bastante mayor que ella, termina conviritiéndose en una dupla exactamente a la inversa. Aparece una contra-pareja, que hará las veces de espejo donde morbosamente se reflejarán las miserias de aquéllos, y todos comenzarán a transitar por los resbaladizos senderos de un deseo incontenible. Hay un dejo moralizante al final del filme; dejo que, cual corifeo de tragedia griega, se repite en tramos anteriores. Polansky -cineasta de los considerados "malditos", genio y figura hasta la sepultura- supo dar a entender ese contraste, y todo otro contraste de diversidades morales; pasando lectura a prejuicios reales e imaginarios.-
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama.
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spoiler:
La más "shockeante" película de retorcido suspenso y drama psicologista que jamás he visto es "Perversa Luna de Hiel" ("Bitter Moon", o simplemente "Luna de Hiel"), 1992, dirigida por el siempre inspirado maestro del "cine negro", Roman Polansky. Refleja el sadomasoquismo llevado a su máxima expresión, de una pareja que, integrada inicialmente por una mujer desvalorizada y ridiculizada por su marido play-boy bastante mayor que ella, termina conviritiéndose en una dupla exactamente a la inversa: la sufrida partenaire se venga de su cónyuge caído en desgracia a causa de un accidente que lo deja postrado en silla de ruedas, y le hace pasar "las de Caín", frente a las narices de terceros.
Hay un dejo moralizante al final del filme; dejo que, cual corifeo de tragedia griega, se repite en tramos anteriores. Ello se advierte en la expresión de vínculo habido entre un padre y su pequeña niña, que suelen estar en la cubierta del crucero en el que se desarrolla la historia. A diferencia del vínculo existente entre los miembros de la pareja protagónica y entre los de la contra-pareja que, con toda morbosidad, juega las veces de testigo obligado de las truculentas historias sexuales de aquella otra, la relación de dicho progenitor con su hijita es sana, nace de la simpleza, de la ternura, de valores que quizás son más propios de culturas que, antes de la globalización, aún no se encontraban contaminadas por el relativismo ideológico de Occidente. Polansky -cineasta de los considerados "malditos", genio y figura hasta la sepultura- supo dar a entender ese contraste, y todo otro contraste de diversidades morales; pasando lectura a prejuicios reales e imaginarios.
Como no podía ser de otra manera, el desborde obsesivo de la pareja protagónica termina en muerte.
No alcanzó el mayor de los despliegues de hedonismo y lujuria para evitarla.-
Hay un dejo moralizante al final del filme; dejo que, cual corifeo de tragedia griega, se repite en tramos anteriores. Ello se advierte en la expresión de vínculo habido entre un padre y su pequeña niña, que suelen estar en la cubierta del crucero en el que se desarrolla la historia. A diferencia del vínculo existente entre los miembros de la pareja protagónica y entre los de la contra-pareja que, con toda morbosidad, juega las veces de testigo obligado de las truculentas historias sexuales de aquella otra, la relación de dicho progenitor con su hijita es sana, nace de la simpleza, de la ternura, de valores que quizás son más propios de culturas que, antes de la globalización, aún no se encontraban contaminadas por el relativismo ideológico de Occidente. Polansky -cineasta de los considerados "malditos", genio y figura hasta la sepultura- supo dar a entender ese contraste, y todo otro contraste de diversidades morales; pasando lectura a prejuicios reales e imaginarios.
Como no podía ser de otra manera, el desborde obsesivo de la pareja protagónica termina en muerte.
No alcanzó el mayor de los despliegues de hedonismo y lujuria para evitarla.-