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Voto de Caith_Sith:
6
5,1
29.801
Fantástico. Aventuras. Drama
En un mundo asolado por los pecados humanos, Noé, un hombre pacífico que sólo desea vivir tranquilo con su familia, recibe una misión divina: construir un Arca para salvar al mundo del inminente diluvio. Todas las noches tiene una pesadilla recurrente en la que puede ver la catástrofe provocada por ese diluvio, pero después el sueño termina con la reaparición de la vida en la Tierra. (FILMAFFINITY)
9 de abril de 2014
75 de 98 usuarios han encontrado esta crítica útil
El cine de Darren Aronofsky nunca ha sido fácil. Ya desde su primera película, "Pi, fe en el caos" (1998) dejaba claro que no iba a tomar el camino sencillo, aunque esto no impidió que la dura "Requiem por un sueño" (2000) le pusiera en el mapa de forma global, un film sobre el abuso de las drogas que no dejaba indiferente ni se cortaba para mostrar las consecuencia de éstas en la vida de varios personajes. El salto sin red llegó con la (en mi cabeza) extraordinaria "La fuente de la vida" (2006), una de esas cintas que dividen opiniones de forma radical, y continuó su senda con dos trabajos aclamados por público y crítica, e incluso ganadores de premios, como son las notables "El luchador" (2008) y "Cisne negro" (2010). "Noé" ha tardado algo más de tiempo en llegar, estando de hecho en preparación desde después del lanzamiento de "Pi", siendo un proyecto que Aronofsky quiso sacar adelante numerosas veces, algo que consiguió -en parte- en forma de cómic y, ahora, como película. Un film que (de nuevo) vuelve a terrenos pantanosos, que no espera contentar a nadie y que se limita a ser su visión del relato bíblico. Ante todo, Darren es un autor, y lo es (casi) hasta las últimas consecuencias.
"Noé" no es sin embargo la película que alguien esperaría encontrar teniendo en cuenta exclusivamente su temática. Ni siquiera, partiendo de un realizador como Aronofsky. A medio camino entre el blockbuster épico, con batallas multitudinarias, violencia salvaje y criaturas de fantasía como gólems de piedra; y el cine de autor (con un retrato de personajes por encima de la media, aunque eso no signifique que sea tampoco muy complejo), es paradigmático que sea justamente esa mezcla, apenas funcional, la que haga que la película sea como poco interesante. Fallida en parte, pero también con instantes valiosos, momentos en los que se puede ver quién está detrás (ese tramo que aborda la psique humana, fruto de la obsesión, la fé ciega) de sus imágenes. No todo son efectos digitale de ILM; hay algo debajo. Le cuesta salir y lo hace a ritmo de Clint Mansell, que vuelve a aliarse con el realizador para componer una banda sonora bastante sólida en la que las imágenes se apoyan sin ningún tipo de reserva.
Los temas que se abordan son los razonables partiendo del relato en que se basa, no hace falta describirlos. No obstante, en esa diferencia de estilos reside algo curioso: si la primera hora de la película (aproximadamente), en la que se concentra todo lo previo al gran diluvio, la segunda mitad es considerablemente intimista. Los personajes están presentados, así como los conflictos que existen entre ellos. Lamentablemente en algunos casos Darren -y su coguionista Ari Handel- pecan de ser demasiado esquemáticos, introduciendo elementos que rompen la lógica interna del propio film, como todo lo que ocurre con el hijo mediano de Noé (un poco a loa Anakin Skywalker). La representación de ciertos momentos también roza el absurdo(1), algo que detallaré en spoiler para no destrozar el visionado de la película a nadie que esté pendiente de verla, pero que tienen más que ver con la forma en que se filman que con el contenido de por sí.
Crowe, Connelly y compañía no hacen un mal trabajo levantando a estos personajes, y decir lo contrario es negar la evidencia. Suya es la labor más complicada y es hacernos creer, al menos en parte, que lo que sucede en pantalla tiene algún tipo de validez. Lo consiguen cuando el guión se lo permite, pero también es cierto que ninguno de los personajes es tan sólido como otros que han construído con anterioridad estos mismos creadores. Así que al final, en Noé quedan buenas ideas mezcladas con otras que no lo son tanto, una película amorfa, casi fallida, pero que merece la pena ver porque en el fondo es el film 'cristiano' menos convencional desde "La última tentación de Cristo" (Martin Scorsese, 1988), sin ir demasiado lejos. Su mayor problema es que no es todo lo salvaje que podría, pero tampoco está domesticada en exceso. Se queda en tierra de nadie y su final, sea o no fiel a la historia bíblica, creo que podría ser bastante mejor(2). De nuevo, lo aclaro en spoiler. ¿Merece la pena "Noé"? Sí. Aún siendo la peor película de su director, hay arrojo y valentía en un film suicida que, camuflado como cine de autor, abraza directamente la épica del 'nuevo cine épico' que recuperó, en cierto modo, Peter Jackson con su "El señor de los anillos". Y tiene algunas partes magníficas (la historia de la Creación) que merecen verse en pantalla grande.
"Noé" no es sin embargo la película que alguien esperaría encontrar teniendo en cuenta exclusivamente su temática. Ni siquiera, partiendo de un realizador como Aronofsky. A medio camino entre el blockbuster épico, con batallas multitudinarias, violencia salvaje y criaturas de fantasía como gólems de piedra; y el cine de autor (con un retrato de personajes por encima de la media, aunque eso no signifique que sea tampoco muy complejo), es paradigmático que sea justamente esa mezcla, apenas funcional, la que haga que la película sea como poco interesante. Fallida en parte, pero también con instantes valiosos, momentos en los que se puede ver quién está detrás (ese tramo que aborda la psique humana, fruto de la obsesión, la fé ciega) de sus imágenes. No todo son efectos digitale de ILM; hay algo debajo. Le cuesta salir y lo hace a ritmo de Clint Mansell, que vuelve a aliarse con el realizador para componer una banda sonora bastante sólida en la que las imágenes se apoyan sin ningún tipo de reserva.
Los temas que se abordan son los razonables partiendo del relato en que se basa, no hace falta describirlos. No obstante, en esa diferencia de estilos reside algo curioso: si la primera hora de la película (aproximadamente), en la que se concentra todo lo previo al gran diluvio, la segunda mitad es considerablemente intimista. Los personajes están presentados, así como los conflictos que existen entre ellos. Lamentablemente en algunos casos Darren -y su coguionista Ari Handel- pecan de ser demasiado esquemáticos, introduciendo elementos que rompen la lógica interna del propio film, como todo lo que ocurre con el hijo mediano de Noé (un poco a loa Anakin Skywalker). La representación de ciertos momentos también roza el absurdo(1), algo que detallaré en spoiler para no destrozar el visionado de la película a nadie que esté pendiente de verla, pero que tienen más que ver con la forma en que se filman que con el contenido de por sí.
Crowe, Connelly y compañía no hacen un mal trabajo levantando a estos personajes, y decir lo contrario es negar la evidencia. Suya es la labor más complicada y es hacernos creer, al menos en parte, que lo que sucede en pantalla tiene algún tipo de validez. Lo consiguen cuando el guión se lo permite, pero también es cierto que ninguno de los personajes es tan sólido como otros que han construído con anterioridad estos mismos creadores. Así que al final, en Noé quedan buenas ideas mezcladas con otras que no lo son tanto, una película amorfa, casi fallida, pero que merece la pena ver porque en el fondo es el film 'cristiano' menos convencional desde "La última tentación de Cristo" (Martin Scorsese, 1988), sin ir demasiado lejos. Su mayor problema es que no es todo lo salvaje que podría, pero tampoco está domesticada en exceso. Se queda en tierra de nadie y su final, sea o no fiel a la historia bíblica, creo que podría ser bastante mejor(2). De nuevo, lo aclaro en spoiler. ¿Merece la pena "Noé"? Sí. Aún siendo la peor película de su director, hay arrojo y valentía en un film suicida que, camuflado como cine de autor, abraza directamente la épica del 'nuevo cine épico' que recuperó, en cierto modo, Peter Jackson con su "El señor de los anillos". Y tiene algunas partes magníficas (la historia de la Creación) que merecen verse en pantalla grande.
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama.
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spoiler:
1. La forma en que Darren filma ciertas secuencias es ridícula, tal como ocurre en el plano final, en el que una cámara aérea rodea a los personajes como en alguna secuencia de movimiento de "El señor de los anillos". Esta búsqueda de la épica a toda costa, en una escena marcadamente íntima, sencillamente no funciona. Absurda es también, para qué negarlo, la secuencia en la que Noé decide salvar a sus nietas. No tanto por la escena en sí, sino por la que la continúa, con una paloma blanca en primer plano que muestra una rama: ha encontrado tierra. La forma en que ambas se encadenan es, además de obvia, casi una invitación a la carcajada. No tiene mucho que envidiar a Kevin Costner y el tornado de El hombre de acero (Zack Snyder, 2013). El film cae en la obviedad muchas otras veces (la explicación de porqué salvó a las gemelas), pero quizá esa el plano de la paloma el que evidencie que las cosas no son todo lo buenas que podrían.
2. En al menos dos ocasiones, se dice claramente que Dios ha decidido purgar la Tierra de la humanidad, utilizando a Noé como simple herramienta para salvar a los inocentes (los animales); Cuando en la segunda mitad del film se aborda la obsesión del protagonista por cumplir su propósito y tras descubrir que Ila (Emma Watson) está embarazada, cabe la esperanza de que Aronofsky le eche cojones y termine la película de forma salvaje: todos mueren, fin de la historia. Sin embargo, llegado el momento de la verdad, se echa atrás a pesar de que previamente había habido momentos oscuros, instantes de verdadero nervio. En el relato bíblico, por pura lógica -y continuidad- entiendo que Noé no llevase a cabo ese sacrificio. Sin embargo la película pone en relieve que quizá ese habria sido el movimiento más acertado -y coherente- dado el tono con el que el realizador había abordado lo anterior. Que Dios hubiera decidido volver a crear a la humanidad en el futuro habría sido suficiente para justificar este acto. Es más, incluso con el asesinato de esas gemelas recién nacidas, nada habría impedido a Ila y Shem tener otro hijo tras la muerte de Noé. Al final, cualquier intento por parte de Darren de oscurecer las cosas termina por ser desestimado cuando cae en su propia trampa y se echa atrás en el último momento. Quizá pensó que era demasiado, que la audiencia no digeriría un acto tan salvaje. Pero la Biblia no es precisamente un cuento para niños, la verdad... así que podría haber optado por ser valiente hasta el final.
2. En al menos dos ocasiones, se dice claramente que Dios ha decidido purgar la Tierra de la humanidad, utilizando a Noé como simple herramienta para salvar a los inocentes (los animales); Cuando en la segunda mitad del film se aborda la obsesión del protagonista por cumplir su propósito y tras descubrir que Ila (Emma Watson) está embarazada, cabe la esperanza de que Aronofsky le eche cojones y termine la película de forma salvaje: todos mueren, fin de la historia. Sin embargo, llegado el momento de la verdad, se echa atrás a pesar de que previamente había habido momentos oscuros, instantes de verdadero nervio. En el relato bíblico, por pura lógica -y continuidad- entiendo que Noé no llevase a cabo ese sacrificio. Sin embargo la película pone en relieve que quizá ese habria sido el movimiento más acertado -y coherente- dado el tono con el que el realizador había abordado lo anterior. Que Dios hubiera decidido volver a crear a la humanidad en el futuro habría sido suficiente para justificar este acto. Es más, incluso con el asesinato de esas gemelas recién nacidas, nada habría impedido a Ila y Shem tener otro hijo tras la muerte de Noé. Al final, cualquier intento por parte de Darren de oscurecer las cosas termina por ser desestimado cuando cae en su propia trampa y se echa atrás en el último momento. Quizá pensó que era demasiado, que la audiencia no digeriría un acto tan salvaje. Pero la Biblia no es precisamente un cuento para niños, la verdad... así que podría haber optado por ser valiente hasta el final.