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Voto de Caith_Sith:
8
1999
6,6
27.941
Animación. Comedia. Musical. Bélico
Cuando los estudiantes de la escuela primaria de South Park, Stan, Kyle, Cartman y Kenny, deciden entrar a escondidas a ver una película canadiense no apta para menores, su vocabulario sufre un cambio brutal. La indignación de los padres, tras el devastador impacto que sufren sus inocentes y jóvenes mentes al ver la película, da lugar a una incondicional guerra entre Estados Unidos y Canadá. Inesperadamente, los chicos se ven inmersos ... [+]
30 de octubre de 2009
46 de 50 usuarios han encontrado esta crítica útil
Es innegable que South Park no es la serie de animación más sutil de la historia de la pequeña pantalla. Llena de referencias al cine o la música, los cómics e incluso videojuegos, pasando por una ácida sátira de la vida real en todas sus vertientes, desde política a ideologías, pasando por relaciones humanas. La serie creada por Trey Parker y Matt Stone no deja títere con cabeza y no se muerde la lengua en ningún momento, dejando bastante mal a Los Simpson y la (en realidad bastante conservadora) Padre de Familia. Su forma de criticar es el humor bestia, sin florituras, tachado de vulgar gratuitamente cuando, en el fondo, hacer reír es algo que implica cierta inteligencia en la escritura del gag. No vale con lanzarle un meteorito encima a Hannah Montana. No, no vale, señores guionistas de las “X Movie”.
“South Park: Más grande, más largo y sin cortes” recoge todos los aciertos de la serie de televisión y los potencia hasta el infinito, siendo (de lejos) el mejor ejemplo de cómo adaptar una obra de la pequeña pantalla a un largometraje, respetando a sus personajes y, por encima de todo, tratando al espectador de forma inteligente. Todo se inicia con el estreno en cines de la película de Terrance y Phillip, dos cómicos canadienses bastante vulgares, que hacen chistes de pedos y dicen muchas palabrotas (brutal autocrítica y aguda sátira de las parillas televisivas de la actualidad). Cartman, Kyle, Stan, Kenny y el resto de niños de la pequeña localidad de South Park no pueden perderse este evento por nada del mundo: es algo así como “su Star Wars” o su “El caballero oscuro”, una de esas cosas que pasan una vez en la vida.
Después de verla en el cine, su personalidad “cambia”, actúan de forma más grosera, tararean la fantástica canción “Eres un cabrón hijoputa…” y sus padres, convencidos de que la influencia de los cómicos sobre sus ¿inocentes? retoños es totalmente negativa, deciden tomar cartas en el asunto... llegando a pasar de prohibirlos a enviarlos a la silla eléctrica. Pero antes de todo esto, se nos define de nuevo a cada personaje, su misión: Stan sigue siendo tímido con las chicas, vomitando sobre ellas sin poder articular palabra, al tiempo que descubre lo que es el Clítoris (así, en mayúsculas); Kyle por su parte debe lidiar con su hermano adoptivo Ike, Kenny se pasará por el infierno tras fallecer por probar que los pedos arden, Cartman se sentirá atormendado por proponerle una apuesta al anterio, Sadam Hussein y Satán viven en el averno alimentándose de su amor pasional. Los padres intentan seguir la cruzada contra el dúo canadiense y los niños forman La Resistance, para liberarlos del lugar donde están retenidos.
(sigue abajo, más grande, más larga, sin cortes y sin spoilers)
“South Park: Más grande, más largo y sin cortes” recoge todos los aciertos de la serie de televisión y los potencia hasta el infinito, siendo (de lejos) el mejor ejemplo de cómo adaptar una obra de la pequeña pantalla a un largometraje, respetando a sus personajes y, por encima de todo, tratando al espectador de forma inteligente. Todo se inicia con el estreno en cines de la película de Terrance y Phillip, dos cómicos canadienses bastante vulgares, que hacen chistes de pedos y dicen muchas palabrotas (brutal autocrítica y aguda sátira de las parillas televisivas de la actualidad). Cartman, Kyle, Stan, Kenny y el resto de niños de la pequeña localidad de South Park no pueden perderse este evento por nada del mundo: es algo así como “su Star Wars” o su “El caballero oscuro”, una de esas cosas que pasan una vez en la vida.
Después de verla en el cine, su personalidad “cambia”, actúan de forma más grosera, tararean la fantástica canción “Eres un cabrón hijoputa…” y sus padres, convencidos de que la influencia de los cómicos sobre sus ¿inocentes? retoños es totalmente negativa, deciden tomar cartas en el asunto... llegando a pasar de prohibirlos a enviarlos a la silla eléctrica. Pero antes de todo esto, se nos define de nuevo a cada personaje, su misión: Stan sigue siendo tímido con las chicas, vomitando sobre ellas sin poder articular palabra, al tiempo que descubre lo que es el Clítoris (así, en mayúsculas); Kyle por su parte debe lidiar con su hermano adoptivo Ike, Kenny se pasará por el infierno tras fallecer por probar que los pedos arden, Cartman se sentirá atormendado por proponerle una apuesta al anterio, Sadam Hussein y Satán viven en el averno alimentándose de su amor pasional. Los padres intentan seguir la cruzada contra el dúo canadiense y los niños forman La Resistance, para liberarlos del lugar donde están retenidos.
(sigue abajo, más grande, más larga, sin cortes y sin spoilers)
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama.
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spoiler:
La historia se desarrolla en capas, no hay sólo una subtrama sino varias, funcionando todo al mismo tiempo y siendo orquestado de una forma inteligente y hábil, sin dejarse de lado absolutamente nada: no hay agujeros en el guión, cada personaje tiene exactamente el tiempo que merece en pantalla, no faltan cameos de personajes famosos (atentos al número de Winona Ryder) y todo está tan, tan bien hilado, incluyendo personajes creados para la ocasión (como Topo) que convierte lo que podría haber sido rutinario en algo excepcional.
El punto álgido lo ponen las canciones, con unas letras imaginativas y tremendamente bestias, destacando por encima de todas el poderoso himno “La Resistance”, “Sueño en volar...” cantada por Satán, el ya mítico “Eres un cabrón hijoputa” o la canción nominada al Oscar “Blame Canada”. La película de South Park es a todas luces excepcional, uno de los pocos musicales donde funcionan todas las canciones, contando la trama a través de ellas, que desarrolla a los personajes y que puede verse y disfrutarse incluso aunque no te guste la serie original. Sí, reconozcámoslo: no tiene una animación portentosa y los personajes se mueven lateralmente. Pero da igual: cuando algo es tan bueno, pequeñas carencias como las mencionadas no empañan la realidad: la mejor película que ha salido de una serie, un peldaño superior a la reciente (y también brillante) Imaginationland.
El punto álgido lo ponen las canciones, con unas letras imaginativas y tremendamente bestias, destacando por encima de todas el poderoso himno “La Resistance”, “Sueño en volar...” cantada por Satán, el ya mítico “Eres un cabrón hijoputa” o la canción nominada al Oscar “Blame Canada”. La película de South Park es a todas luces excepcional, uno de los pocos musicales donde funcionan todas las canciones, contando la trama a través de ellas, que desarrolla a los personajes y que puede verse y disfrutarse incluso aunque no te guste la serie original. Sí, reconozcámoslo: no tiene una animación portentosa y los personajes se mueven lateralmente. Pero da igual: cuando algo es tan bueno, pequeñas carencias como las mencionadas no empañan la realidad: la mejor película que ha salido de una serie, un peldaño superior a la reciente (y también brillante) Imaginationland.