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Voto de Caith_Sith:
7
6,8
3.894
Animación. Drama Japón, año 1963. Umi Matsuzaki es una estudiante de instituto que, en ausencia de su madre, cuida a sus dos hermanos y de su abuela a la par que administra un hostal de estilo occidental, el Coquelicot Manor, en lo alto de una colina y cercano al mar. La chica compagina tranquilamente sus responsabilidades con su vida escolar. Un día conoce a Shun Kazama, miembro del club de periodismo, y Shiro Mizunuma, presidente del consejo de ... [+]
27 de junio de 2012
22 de 24 usuarios han encontrado esta crítica útil
Studio Ghibli sigue dándonos material para soñar incluso cuando, como en el presente caso, se ciñe a una realidad tangible y abandona los 'eco-epics' que han caracterizado a los filmes más conocidos del estudio, los dirigidos por Hayao Miyazaki. En "From Up on Poppy Hill" el genio japonés se limita escribir el guión recayendo en su hijo Goro Miyazaki el peso de la realización del largometraje. Por suerte para todos parece haber aprendido unos cuantos trucos nuevos desde su debut oficial con "Cuentos de Terramar" (2006) y lo que tenemos aquí es una película sencilla pero sólida, que nos cuenta el día a día en la vida de unos jóvenes en los años 60, con un tono pausado y la nostalgia como ingrediente determinante de la mezcla. Así, nos vemos involucrados en la interacción entre varios miembros de una familia, una pequeña protesta por parte de un grupo de estudiantes o el drama que marca la vida de los citados protagonistas y que es simbolizado, y convertido en eje, mediante un objeto inanimado pero suficientemente poético como es la imagen de una bandera ondeándose al viento, con un significado que va más allá del obvio.

"From Up on Poppy Hill" recupera los valores de producción del estudio y se acerca más a propuestas como "Only Yesterday" o "Susurros del corazón", lo que significa que los personajes son importantes y que la 'historia', per se, avanza más de fondo que en primera instancia, atrapando la rutina vital y abandonando la pirotecnia. Emocionante, gracias tanto a sus maravillosas imágenes como a su potente banda sonora de Satoshi Takebe y Aoi Teshima, se trata de uno de esos trabajos "menores" para Studio Ghibli y que en cualquier otra compañía serían una de sus cumbres. Una pieza sencilla, que encuentra precisamente en esa claridad expositiva el verdadero elemento que la diferencia de las numerosas películas de animación que se hacen en Japón anualmente, o directamente en el sector animado a nivel mundial. Imposible no emocionarse cuando llega el tercer acto, o ante ciertas revelaciones argumentales en las que los personajes se abre y comienzan a respirar, ante nosotros, con más naturalidad de la que habremos visto en actores de carne y hueso. Pura magia, puro Ghibli.
Caith_Sith
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