Terkel es una película única, o casi. Una obra que se enmarca en el grupo de comedias irreverentes que usan la animación debido a sus nulas limitaciones a la hora de presentar gags y escenas grotescas, de la misma forma que lo hacen Dead Leaves, Aachi & Ssipak o Princess, esta última también danesa.

La historia es muy simple: Terkel es un chaval normal y corriente que es golpeado y apalizado por los dos malotes de la clase. Pero un día, pasa equis cosa y desde entonces le empezarán a perseguir para acabar con su vida. Todo esto se presenta de forma cómica, hilarante, de la que se pueden rescatar escenas brillantes y antológicas, como el suicidio de una joven y la posterior reacción de los personajes, o el personaje del abuelo, un marinero con una mala hostia de las que hacen época.

Lo mejor de todo, de todas formas, es tanto su animación -3D simulando plastilina-, como las múltiples referencias a otras películas, como El Padrino (cabeza de caballo), El final de la Escalera o La matanza de Texas, entre muchas otras. Recomendadísima, una frikada sana y divertida, como deberían ser todas.