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España España · San Vicente (Alicante)
Voto de Miguelote:
7
Drama El conflicto palestino-israelí sirve de telón de fondo a este drama. Salma, una viuda palestina, tiene un litigio con el ministro de Defensa israelí. La casa de éste, en la frontera palestino-israelí, linda con su campo de limoneros. Cuando las autoridades deciden que los árboles deben ser talados porque representan una amenaza para el ministro de Defensa y su familia, Salma decide emprender una batalla legal para salvar sus limoneros. (FILMAFFINITY) [+]
24 de octubre de 2012
1 de 1 usuarios han encontrado esta crítica útil
Me cuesta mucho hacer un comentario de esta película sin que la indignación por lo que está haciendo Israel con los palestinos no desplace la valoración de la película; no sé, quizá sea porque no está hablando del pasado sino del presente de rabiosa actualidad. La forma tiránica en que se está tratando al pueblo humillado me deja atónito; no solo por los gobiernos terroristas israelíes, sino porque su población vota de forma abrumadoramente mayoritaria a dichos terroristas de guante blanco. Además, en relación a esta peli, es curioso cómo un agravio hecho a una ciudadana en su territorio lo juzga un tribunal de otro país que, además es el que origina el conflicto (?). En fin, voy a intentar superar esta ira para hablar de la película, que considero bastante buena, aunque con peros.
No es pretenciosa y plantea un conflicto sencillo (siempre que no le ocurra a uno mismo, claro) del que el espectador puede sacar las conclusiones que crea conveniente, sin masticarle sus pensamientos. Está bien narrada pero no tiene giros de guion y, aunque interesante, es bastante plana en su desarrollo. Sin embargo, no pierde nunca el interés, a pesar de que sepamos de antemano que el país que sojuzga no va a dar ninguna oportunidad al sojuzgado. Es preciosa la imagen plástica de los limones cayendo al suelo, simbolizando la desesperanza y la muerte del pueblo palestino. Resulta paradójico que el abogado palestino arguya que lo que piensa hacer el ejército israelí contra los limoneros viola los tratados internacionales, cuando el gobierno se pasa por el arco de triunfo todas las resoluciones de las Naciones Unidas que no le son favorables.
La escena de la fiesta en la que los agentes del ministro roban limones me encantó, por la tensión con que se desarrolla y por las magníficas miradas entre la mujer del ministro y la humillada palestina. La interpretación de ésta, Hiam Abbass es excelente y lo mejor de la película, transmitiendo toda la dignidad y coraje que necesita su personaje.
Como puntos débiles del guion destacaría que el servicio secreto descubre el “peligro” después de mudarse el ministro y no antes; ¡vaya equipo de incompetentes que no analizan la situación hasta que termina la mudanza! Tampoco es creíble que el ministro no sepa que le van a plantar el muro de la vergüenza justo en su jardín. ¿Qué necesidad tiene de enredarse en todo el ajetreo mediático del juicio si en un breve plazo de tiempo dicho humillante muro va a hacerlo inútil? Pero claro, quizá estas cuestiones habrían impedido la realización de la película o, al menos, de esta película, lo cual no es excusa para tales cabos sueltos.
Si indigna lo que cuenta Los Limoneros siendo el director israelí, ya veremos cómo se nos queda el cuerpo cuando sea un palestino quien lo narre.
Miguelote
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