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Voto de Tokio ya no nos quiere:
8
Thriller. Drama En Bangkok, el joven Julian, un fugitivo de la justicia estadounidense, dirige un club de boxeo tailandés que actúa como tapadera para tráfico de drogas. Su madre, jefa de una poderosa organización criminal, desembarca procedente de Estados Unidos para repatriar el cuerpo de su hijo favorito, Billy: el hermano de Julian ha sido asesinado tras haber violado y matado salvajemente a una joven prostituta. Llena de odio y deseo de venganza, ... [+]
30 de diciembre de 2013
4 de 4 usuarios han encontrado esta crítica útil
Todos sus detractores la señalan con su dedo acusador prácticamente por los mismos motivos: Vacua, confusa, artificiosa, pedante, excesivamente violenta e inconsistente. Críptica. Absurda.
Suelen ser aquellos que no conciben la existencia de otro tipo de relato (ni de arte) más allá de aquel que es desarrollado por la vía de lo convencional y lo clásico: Diálogos. Trama con principio, nudo y desenlace.
Suelen ser defensores de lo esperado, adictos a lo predecible, habitual, inteligible, claro, conclusivo. Amantes de lo tranquilizador.
Son rehenes de su propia comodidad como espectadores , incapaces de lanzarse sin asideros al vacío y tratar ( o al menos intentarlo ) de apreciar la belleza , siniestra y pestilente, fría y luminiscente de esta cinta, y la maestría con la que Winding Renf se ha propuesto dinamitar el género noir, retorciéndolo hasta el extrañamiento: la historia de una venganza ambientada en los bajos fondos de Bangkok sirve como fresco casi mudo, fluorescente, febril y alucinado en el que plasmar sin filtros el laberinto, mental y físico , por el que vaga su protagonista principal , encadenado a su propia indolencia y a la tragedia edípica que (le) arrastra, y desnudar al mismo tiempo ( junto o a través de ese mismo laberinto ) la depravación absoluta, la miseria moral más profunda, la industrialización del sexo y del dolor ajeno, la codicia, la locura y la maldad pura que inexorablemente reinan allí donde el ser humano pisa la tierra y la única ley posible, real y salvaje, es la de la sangre y el acero.
Renf envuelve la historia con las maneras de un film de Wor Kan Wai que hubiera sido poseído por la sordidez ambiental de Tercipelo Azul o Carretera Perdida, intercalando una narración lineal y lógica con momentos de irrealidad construida a golpe de silencios, premoniciones, sueños y flashbacks. Una oda al mal rollo inundada de neón.
No existe más posibilidad de redención ni de justicia que la muerte (violenta y agónica). El infierno no es lugar para la gracia, la compasión ni la piedad. Donde impera el Mal, ni siquiera Dios perdona. Bienvenidos al abismo. Viene a decirnos. Sin decirnos apenas.

http://www.youtube.com/watch?feature=player_detailpage&v=4gf7MKPMOzU
Tokio ya no nos quiere
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