Para empezar esta película no nos muestra nada nuevo ni interesante. Su historia es básicamente la misma que La ventana indiscreta, solo que esta vez tenemos como protagonista al nuevo sex-symbol juvenil Shia LaBeouf un actor que no llega ni a las uñas de los pies a James Stewart.

Después tenemos que el director Caruso es un total patán en esto del arte cinematográfico. Sabiendo que la guinda la dió Hitchcock el género de intriga que es el que se supone que esta cinta posee es convertido en terror epiléptico o barato-simplón, consiguiendo así mi desacuerdo absoluto y también un mareo constante y una sensación de estar viendo una película del tipo Halloween 27: el regreso (esta vez en serio) de Myers o cualquier casposidad de plástico barato que inundan nuestras pantallas hoy en día.

Al final todo se queda en una cinta tan plana, sosa y mal hecha que no puedes más que despreciarla. Valoración: 1.6