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He vuelto a ver Pleasantville... Y me ha gustado. Pero se me ha quedado un poco corta. Y no me refiero a la duración.

La película me ha resultado simpática, como la primera vez que la vi. Pero, resultándome simpática, no la había vuelto a ver hasta que he tenido que verla en el CineClub. Creo que la razón es que no llegó a llenarme del todo. Como esta vez.

La veo como un canto a la apertura, a la curiosidad, a no temer al cambio y a la aceptación de los impulsos propios... A dejar salir lo que lleves dentro. Pero lo hace cayendo en clichés y prejuicios que no comparto.

El director y guionista, Gary Ross, rondaría los cuarenta años, supongo, cuando escribió el guión, dado que la película se estrenó cuando tenía cuarenta y dos. Y lo comento, porque me da la sensación de que cae en hacer una valoración un tanto maniquea de las cosas.

La vida rutinaria en la que haces las cosas mecánicamente, siguiendo un patrón, en la que todo es ordenado, como debe ser, sin disonancias... es mala. Mala en el sentido de aburrida, pobre, carente de interés y de vida. En este caso de color.

Sin embargo sí hay color en otras cosas, como el sexo, la literatura y la pintura... Lo que me cuadra para alguien que es escritor y su experiencia vital pasa por escribir y haber pasado por la política.

De hecho, aunque el sexo da color, la literatura lo supera, dando color allá donde el sexo no llega a darlo. En fin, me resulta un tanto primario. Básico.

Si llega a ser un escritor drogadicto y borracho, prejuzgo que eso también daría color. O si hubiese sido deportista, entonces el deporte. Vamos, que creo que ya me he explicado suficiente como para que me pilléis la idea.

La sensación es como los médicos, que si vas a un cirujano la solución siempre pasa por cirugía, y si vas a un psicólogo, la solución siempre requiere algún tipo de terapia. Lo bueno y la solución está en mi zona de confort... que es donde está el color, la salsa, lo bueno.

Curiosamente no ve color en la investigación, en la ciencia, en el conocimiento científico, en los avances del conocimiento teórico y aplicado, y en la tecnología... No... los libros que dan color son los clásicos de la literatura, por supuesto. Si llega a salir un tratado de matemáticas, no sería ni gris: sólo o blanco o negro. Me juego lo que queráis. Total, no se puede comprobar XD.

Bueno, pues eso, que se me queda corto, y me parece facilón. Además, con ciertas dosis de incoherencia, si se quiere ver. Me refiero a que gente tranquila, pacífica, perfecta, resulta que se vuelven nazis que queman libros y prohiben aquello que les trastoca la vida, imponiéndoselo a los demás. ¿Cuál es el mecanismo? ¿Porque sí?

En fin... Yo soy capaz de imaginarme un mundo tortuoso, en el que me obligasen a escuchar música experimental, a estudiar danza contemporanea y a aprenderme de memoria todos los elementos que la sociedad entiende como "culturales". Así que, no le compro los elementos que ha elegido como ilustración de lo que quiere transmitir, aunque sí le compro la idea de fondo. O la que veo como idea de fondo.

Y es que lo que veo es que intenta hacer un canto a la libertad y contra el autoritarismo. En Los juegos del hambre también tiene ese elemento común. Supongo que esa visión en contra del totalitarismo le viene de su vertiente y experiencia en política.

Lo malo es que suele pasar, o al menos a mi me lo parece, que corremos el peligro de caer en la paradoja de ser completamente totalitaristas en contra del totalitarismo. Y el totalitarismo, como base, no lo veo recomendable. Pero sí creo que hay que hay un grado óptimo de totalitarismo, que dependerá del punto de equilibrio del mercado totalitario en cada momento.

Vale, a lo mejor no me estoy explicando. Lo que quiero decir es que hay ciertos elementos de orden, ciertas restricciones que mejoran la vida del conjunto. Lo malo es que cada cual tiene su propia perspectiva y tiene que haber negociación y una zona gris. Y si jugamos a que lo que valoro positivamente es bueno y lo que valoro negativamente es malo, desde mi punto de vista estamos contribuyendo a algo malo. Las posiciones maniqueas no son buenas para el conjunto si las aplicamos a cuestiones convencionales difícilmente objetivables y cuantificables. Se requiere consenso o al menos acuerdo, de forma que cabe tener algunas contradicciones.

Bueno, me estoy enrollando un montón y apenas hablo de la película. Sólo de lo que me chirría. Y es que, es lo de siempre... es una película de letras, no de ciencias.

Una vez dicho esto, sigo diciendo que me cae simpática, que el planteamiento es original y en seguida consigue resultar simpático. Y si obviamos su simplicidad y que es de letras, es una película amable, que se puede ver perfectamente, y que tiene su toque peculiar.

Me parece perfectamente recomendable y que es una película que merece la pena ver, a pesar de que la veo muy mejorable añadiéndole pocas cosas.

La tenía valorada en 6, y hace más de diez años que la vi. Hoy, que la he visto más a conciencia, le vuelvo a dar un 6. Me gustaría darle más, porque le veo potencial y tiene elementos con los que simpatizo. Pero esa sensación de simplicidad e incompletitud me frenan para puntuarla más alto.