Aunque no soy un gran amante de las artes marciales y la cultura nipona, sí que suelo ver películas de tales cosas y me gustan. Ninja es una más del paquete. El argumento que plantea es muy típico: un dojo en el que el maestro guarda un secreto sagrado que debe proteger a toda costa en contra de uno de sus ex-alumnos. Los dos protagonistas deberán viajar a Nueva York para evitar que lo roben.

La película es una sucesión de combates perfectamente coreografiados y algunos asaltos silenciosos de un ninja muy moderno (con visión nocturna y todo). Aunque el protagonista reparte de lo lindo, es una lástima que su compañera no haga lo propio y sea más débil de lo normal.

Aunque la película no se hace en ningún momento aburrida, se nota un cambio de ritmo en la primera mitad (lento) y en la segunda (rápido). Y es que ya en la última parte de la película se nota como si el director tuviera ganas de terminar y quitársela de en medio ya. Una pena.

En definitiva, una película totalmente recomendable para los fans de las artes marciales y de los ninjas. Solamente.