Marilyn Monroe vuelve a hacerlo, pero no sin la ayuda de Tony Curtis y Jack Lemmon. La rubia pone la sensualidad y la tensión sexual y la pareja de hombres (¿o mujeres?) pone el humor. La historia parece sencilla pero resulta muy efectiva. Un par de músicos buscan suerte en un grupo de mujeres para lo que tienen que travestirse. El toque negro a la vez que cómico lo ponen una banda mafiosa que perseguen a los dos protagonistas por haber presenciado un crimen.

La película tiene de todo, prevalenciendo por encima el humor y la bella figura de Marilyn Monroe. Una lástima que haya unos momentos en los que el aburrimiento sea patente. Por lo demás, genial de nuevo Billy Wilder.