Los tiempos cambian, pero la vieja carretera que une Galicia y Madrid permanece ahí, entre el silencio y el olvido. El documental es lento, plagado de silencios que invitan a la reflexión. Se trata de una mirada íntima a las vidas de aquellos que permanecen en pueblos hoy olvidados, recordando con alegría y nostalgia los tiempos de vino y rosas. Aquellos en los que había colas en los bares, hoteles y gasolineras.

Muchos de ellos continúan viviendo en los pueblos, los hijos, ausentes, viven en las grandes ciudades. Los pueblos mueren lentamente, y sus habitantes, viven más en el pasado que en el presente. Pues es el pasado el que está lleno de vida.