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Voto de antonalva:
3
Thriller Un sicario y un médico que trabajan para un cártel del narcotráfico reciben un "paquete" inusual: una niña de 10 años, hija del jefe de una banda rival, a quien tendrán que custodiar hasta que reciban la orden de cortarla en pedazos o dejarla en libertad. La niña pronto se dará cuenta de que su única posibilidad de sobrevivir será llegar a las profundidades de la psique de sus captores y averiguar si les queda alguna pizca de humanidad. (FILMAFFINITY) [+]
15 de febrero de 2016
27 de 36 usuarios han encontrado esta crítica útil
Un quiero y no puedo absurdo, irrisorio y zafio donde lo mejor es la cita de Shakespeare que cierra la proyección y da título a la cinta. Pero, parafraseando al bardo inglés, podría concluirse que esta película es un cuento contado por un idiota, lleno de ruido y de furia, que no tiene ningún sentido. Está bien que el cine español salga de sus fronteras para ofrecer alguna historia novedosa que no fatigue los lugares comunes a que nos tiene acostumbrado, pero si lo hace, cabría esperar que tuviera algo que contarnos y supiera cómo hacerlo sin caer en lo grotesco y estrafalario, aprovechando geografías inéditas y personajes frescos. Nada más lejos de la realidad.

Estamos ante un refrito indigesto que trata de regurgitar tópicos del cine de narcos, encadenando matanzas, vesanias, excesos y truculencias como si por sí mismas tuvieran un mínimo de consistencia y entidad. La trama es mínima y carece de interés. Sus pocos personajes son planos, toscos, retorcidos y melodramáticos (la ramera cándida, el sicario hierático, el compañero débil con residuos de conciencia, el matón tapado, los esbirros descerebrados) y habitan un universo tan miserable y carente de atractivo que produce vergüenza ajena comprobar que se están tomando en serio sus insípidas tareas. ¿Qué nos importa la acción cuando todo resulta insulso?

Además está la sinrazón e incongruencia dramática de rodar una película situada en México en inglés, como si con ello se consiguiera confeccionar un producto más exportable, incluyendo a un gringo en su reparto (el actor vive desde hace años en Barcelona, tal vez el único motivo para haberlo incluido en esta nefasta aberración), que proporciona la risible coartada de utilizar el inglés como idioma vehicular de este engendro deforme y aciago. Ahora que las películas tratan de dotar de mayor verosimilitud localista utilizando el idioma vernáculo de sus personajes, este boceto de thriller se salta a la torera esta tendencia – es de suponer que para no utilizar el nefando idioma español – o castellano – para retratar a los mexicanos que lo habitan, quizá el imprescindible peaje por haber sido coproducida por la Generalitat de Catalunya.

Todos los actores bordean el ridículo – hasta el sólido Sergio Peris-Mencheta está patético – y, sobre todo, Daniel Faraldo carece de la entidad y consistencia como para incorporar al matón al que pretende dar cuerpo. El filme ni tan siquiera sirve de parodia porque carece de humor e intención. Un subproducto infame que debería ser ignorado por completo.
antonalva
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