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Voto de antonalva:
6
Drama Basada en las memorias escritas por Philippe Petit (Joseph Gordon-Levitt), un funambulista francés que, en 1974, guiado por su mentor Papa Rudy (Ben Kingsley), se propuso un reto nunca antes realizado: recorrer sobre un cable el espacio que separaba las Torres Gemelas de Nueva York. (FILMAFFINITY)
2 de diciembre de 2015
38 de 51 usuarios han encontrado esta crítica útil
Las películas basadas en hechos reales son proyectos siempre difíciles, ya que si bien se supone que los avala su reflejo de sucesos ocurridos en el mundo real, esto no añade un plus de veracidad o credibilidad a lo que acontece en pantalla, sino que es tan sólo una mera anécdota – por lo general, vistosa – que sirve de punto de partida. Y el verdadero desafío radica en trascender el material original para conseguir una propuesta que se sostenga por sí misma, prescindiendo de la supuesta garantía y seguridad que confiere basarse en algo real y tangible. Y la presente cinta ilustra de forma diáfana los riesgos y peligros de obnubilarse con un acontecimiento concreto, en claro detrimento de la ficción y de la ilusión fabuladora y de ensoñación que es el cine.

Además se ha elegido un suceso de 1974 que se ve lastrado por los infaustos ataques del 11 de septiembre de 2001 y la larga sombra que aquel cataclismo aún arroja sobre todos los que vivimos en directo aquella hecatombe deleznable. Quizás para espectadores que no estén teñidos por memorias personales de aquel estrago atroz tengan unos ojos inocentes con los que poder contemplar la propuesta, como puro divertimento, como espectáculo fascinante de la locura irracional del ser humano por pergeñar, perseguir y materializar utopías personales más allá del sentido común, más allá de los límites de lo humanamente posible, más allá del freno de la sensatez. Quizás.

Es innegable el talento de Robert Zemeckis por crear un bien elaborado y pulido producto de entretenimiento, su capacidad para ilustrar y transmitir el vértigo preciso y fiel de los acontecimientos, su probado oficio como narrador innato, sea lo que sea lo que se proponga desarrollar. Pero quizás adolezca de la misma ceguera que el protagonista de la historia: está tan enamorado de su quimera, tan embebido en su delirio, tan obcecado con su plan, que no calibra bien si el espectador va a acompañarle con el mismo entusiasmo durante todo el recorrido. No hay ninguna sorpresa durante el metraje, todo es creíble, previsible y predecible. Se puede admirar su perfección técnica pero no conmueve ni convence en ningún momento.

Estamos ante un apasionante pedazo de la pequeña historia de la excentricidad humana, pero nos deja bastante indiferentes como espectadores. Será verídico, pero no acaba de funcionar como ficción. Tal vez porque los personajes son simples marionetas sin alma, tal vez porque el empeño sea un reto estéril, una bravata o bravuconada casi adolescente. Habría funcionado mucho mejor como documental. Interesante, sí, pero prescindible.
antonalva
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