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Drama
Cuatro socios, fundadores de una exitosa empresa de diseño de aplicaciones tecnológicas, son pillados desviando fondos a un paraíso fiscal. Un mediador tratará de ayudarles a decidir a quién echarán la culpa del fraude: el que decidan deberá pasarse 7 años en la cárcel exculpando a los otros tres socios. (FILMAFFINITY)
10 de septiembre de 2018
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A medio camino entre el juego de las apariencias y el de las confianzas todo confluye para hinchar el ya sobre valorado término de la amistad. En realidad es algo que forma parte de nuestro perfil público, de nuestro facebook y en rigor no tendría que ir más allá de eso.
Lo siguiente (la cotidianidad, acceso a intimidad, posible reciprocidad o juego de fuerzas...) en realidad conforma el círculo familiar del individuo, que cuando no esta bajo el paraguas del parentesco suele equipararse a "amistad" de manera análoga para así evitar confusiones ya que "la familia" tiene efectos y connotaciones jurídicas. Y es que resulta que esas consecuencias son lo que precisamente se intentan evitar, esquivar o burlar con el uso, a mi juicio inapropiado, del término amistad
El problema es conocer en verdad el fin y sobretodo la intención que se persigue con todo esto. En el ámbito de los negocios ya anticipo que siempre y en el mejor de los casos es el ánimo de lucro.
El argumento de la película es el drama psicológico por un ultimátum en el que se ven envueltos cuatro socios en situación equitativa de una empresa tecnológica con la necesidad de acordar un reparto o adjudicación de una pérdida. La clave esta en que se obstinan en hacer lo más políticamente correcto que se pueda, esto es, reunidos, con asesores técnicos, con luz y taquígrafos...
Buenas interpretaciones, bien ejecutadas, buena realización... Es entretenida y a pesar de su naturaleza claustrofóbica no agobia al espectador y se ve rápidamente.
Lo único que reprocho es que el dibujo de los personajes los hace demasiado predecibles y sospecho además que intencionadamente, y es por lo que en aras de facilitar eso se cometen errores de coherencia en el guión que me parece que hace que en ese sentido no esté a la altura
En la película el personaje del mediador y el actor que lo interpreta esta configurado en modo prescindible y de hecho no aparece en la caratula de la cinta y está en el último lugar del reparto.
Lo siguiente (la cotidianidad, acceso a intimidad, posible reciprocidad o juego de fuerzas...) en realidad conforma el círculo familiar del individuo, que cuando no esta bajo el paraguas del parentesco suele equipararse a "amistad" de manera análoga para así evitar confusiones ya que "la familia" tiene efectos y connotaciones jurídicas. Y es que resulta que esas consecuencias son lo que precisamente se intentan evitar, esquivar o burlar con el uso, a mi juicio inapropiado, del término amistad
El problema es conocer en verdad el fin y sobretodo la intención que se persigue con todo esto. En el ámbito de los negocios ya anticipo que siempre y en el mejor de los casos es el ánimo de lucro.
El argumento de la película es el drama psicológico por un ultimátum en el que se ven envueltos cuatro socios en situación equitativa de una empresa tecnológica con la necesidad de acordar un reparto o adjudicación de una pérdida. La clave esta en que se obstinan en hacer lo más políticamente correcto que se pueda, esto es, reunidos, con asesores técnicos, con luz y taquígrafos...
Buenas interpretaciones, bien ejecutadas, buena realización... Es entretenida y a pesar de su naturaleza claustrofóbica no agobia al espectador y se ve rápidamente.
Lo único que reprocho es que el dibujo de los personajes los hace demasiado predecibles y sospecho además que intencionadamente, y es por lo que en aras de facilitar eso se cometen errores de coherencia en el guión que me parece que hace que en ese sentido no esté a la altura
En la película el personaje del mediador y el actor que lo interpreta esta configurado en modo prescindible y de hecho no aparece en la caratula de la cinta y está en el último lugar del reparto.
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama.
Ver todo
spoiler:
Se redime cuando en su explicación hace incapié en lo fundamental del valor que puede tener un beneficio o pérdida para cada una de las personas en situación de equidad (¿?) que tienen que repartir. Pero realmente es el hilo conductor del juego de ultimatum en el que se ven envueltos los protagonistas.
La pregunta que formula a los socios de "¿Para que quieres la naranja?" es el desencadenante del desenlace porque a pesar de que entre cantidades anda el juego ninguna de ellas tiene el mismo valor ni significado para cada uno de los personajes.
El problema es que siguiendo la premisa de que "hablando se entiende la gente" en aras de la transparencia y en su convencimiento, y también en el afán porque los acuerdos se establezcan públicamente defendiendo la equidad existente, cuando la necesidad apremia los socios se ven sometidos a escrutinio público sin poder discriminar a quienes o qué se revela externamente, quedando al descubierto cuales son las intenciones y necesidades particulares de cada cual.
Se ven presionados por el resto y obligados a poner las cartas sobre la mesa dándose a conocer el juego de cada socio y descubriendo al resto de participantes facetas que pertenecen al ámbito no público y de la intimidad de la persona. El conocimiento es poder y eso también cambia el valor que tienen las cosas para cada cual Es algo no voluntario que rompe con las reglas de juego hasta ese momento existentes y desde luego la supuesta equidad de los socios. No se hace gratuita ni voluntariamente sino por obligación presionados por las circunstancias. Y el reconocimiento público de unos hechos por parte del grupo cambia el valor de las cosas.
Para entendernos; el conocimiento se puede tener, se pude deducir o se nos puede revelar. El reconocimiento público es además otro factor independiente de lo que un individuo sepa, pueda deducir o se le revele a título personal, y transforma el estatus de los hechos cambiando su valor
El drama final es que al frustrarse el reparto (y evitarse así la pérdida) paradógicamente el legado del fallido ultimátum es que rota la supuesta equidad y las relaciones entre los socios, éstos se ven en la obligación de convivir igualmente aunque sin el ficticio equilibrio inicial de manera que que se adivina la tormenta perfecta.
Y la moraleja es que para los profanos y gente común, entender el como empresas o corporaciones exitosas a las que la vida y suerte les sonrrie se ven truncadas inexplicablemente de la noche a la mañana es un problema sin adivinar este tipo de situaciones. La vida es complicada y no se limita a una cuestión matemática
La pregunta que formula a los socios de "¿Para que quieres la naranja?" es el desencadenante del desenlace porque a pesar de que entre cantidades anda el juego ninguna de ellas tiene el mismo valor ni significado para cada uno de los personajes.
El problema es que siguiendo la premisa de que "hablando se entiende la gente" en aras de la transparencia y en su convencimiento, y también en el afán porque los acuerdos se establezcan públicamente defendiendo la equidad existente, cuando la necesidad apremia los socios se ven sometidos a escrutinio público sin poder discriminar a quienes o qué se revela externamente, quedando al descubierto cuales son las intenciones y necesidades particulares de cada cual.
Se ven presionados por el resto y obligados a poner las cartas sobre la mesa dándose a conocer el juego de cada socio y descubriendo al resto de participantes facetas que pertenecen al ámbito no público y de la intimidad de la persona. El conocimiento es poder y eso también cambia el valor que tienen las cosas para cada cual Es algo no voluntario que rompe con las reglas de juego hasta ese momento existentes y desde luego la supuesta equidad de los socios. No se hace gratuita ni voluntariamente sino por obligación presionados por las circunstancias. Y el reconocimiento público de unos hechos por parte del grupo cambia el valor de las cosas.
Para entendernos; el conocimiento se puede tener, se pude deducir o se nos puede revelar. El reconocimiento público es además otro factor independiente de lo que un individuo sepa, pueda deducir o se le revele a título personal, y transforma el estatus de los hechos cambiando su valor
El drama final es que al frustrarse el reparto (y evitarse así la pérdida) paradógicamente el legado del fallido ultimátum es que rota la supuesta equidad y las relaciones entre los socios, éstos se ven en la obligación de convivir igualmente aunque sin el ficticio equilibrio inicial de manera que que se adivina la tormenta perfecta.
Y la moraleja es que para los profanos y gente común, entender el como empresas o corporaciones exitosas a las que la vida y suerte les sonrrie se ven truncadas inexplicablemente de la noche a la mañana es un problema sin adivinar este tipo de situaciones. La vida es complicada y no se limita a una cuestión matemática