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España España · palma
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6
Drama Abla regenta una humilde pastelería en su propia vivienda de Casablanca, donde vive sola con Warda, su hija de 8 años. Su rutina, dictada por el trabajo y las labores domésticas, se ve un día interrumpida cuando alguien llama a su puerta. Se trata de Samia, una joven embarazada que busca empleo y techo. A la pequeña le atrae la recién llegada desde el primer momento, pero la madre se opone inicialmente a acoger a la extraña en su casa. ... [+]
30 de enero de 2021
3 de 5 usuarios han encontrado esta crítica útil
Todas las culturas que coincidimos en el mundo moderno se formaron con constumbres ancestrales y con ritos de obligado cumplimiento que en su momento estaban plenamente justificados. Los que pertenecemos a alguna de ellas (y somos legión) conservamos cultura gastronómica, festividades, algo de religión, referencias etc... y las fundimos con la actualidad. Es lo que conocemos y el vivirlo así no nos hace sentir el que estemos traicionando nuestros orígenes ni nada parecido. Lo conciliamos y punto. Y antes de eso lo hicieron nuestros padres y fijo que lo harán nuestros hijos. Se llama evolucionar.

Ahora se lleva el neo vintage. Se recrean los entornos y el modus vivendi de antaño como envoltorio para las apariencias. Pero para nada se retrocede ni un paso atrás. Para entendernos: el hecho de tener una pila de lavar que es muy bonita y evocadora no está reñido con la lavadora de tecnología más puntera a la que uno pueda acceder económicamente. Y tan felices...

Hemos sobrevivido en la nueva era como tantas otras sociedades de costumbres ancestrales y no ha pasado absolutamente nada. Desconozco la presión social que tienen que soportar a día de hoy los y las marroquíes y si me suena de algo el retalo de la película es para evocar lo sucedido en mi país cuando la dictadura, esto es, represión asociado a falta de respeto de los derechos humanos y de las libertades.
En esos entornos lo que en verdad se procura, aprovechando la ignorancia de la gente o con engaños es el que existan distintas varas de medir, la más ruín para los pobres y gente común, y otra exclusiva y completamente permisiva para las élites con la que los privilegiados puedan sacar el máximo partido posible de su ventaja. Es asquerosito, la verdad, pero entender ese fraude es el primer paso y la prueba del algodón definitiva para convencer y desmontar la mentira que con el pretexto perpetuar a la fuerza y sin sentido la tradición reverencial lo que busca sin complejos el ánimo de lucro puro y duro.

Los que tienen la suerte de tener el conocimiento de todo esto, por pertenecer a un círculo con acceso a más recursos e información son los primeros en andar despejando dudas y parece ser este el caso de la directora Maryam Touzani quién nos dibuja un entorno que bien podría equivaler a las montajes patrocinados por ayuntamientos de mercados medievales que se organizan en las ciudades del mediterraneo norte para dar color y costumbrismo de promoción cara a la imagen turística. Pero parece ser que según la película en un pasado no muy lejano en Casablanca no se trataba de una representación, que no era de bromas...

El consuelo que queda es ver que en esos casos únicamente viven habitualmente mujeres, viejos o religiosos (bueno y el enamoradizo de la protagosnista). La juventud real no se pudo plasmar porque ni está ni se la espera. Para ser rigurosos es notorio y conocido que andará pululando por las ciudades europeas que son las que brindan un futuro con un mínimo de calidad decente.

A pesar de la carga que supone en Europa el soportar la inmigración lo doy por bueno si con ello se contribuye a desenmascarar la tomadura de pelo del fundamentalismo empeñado por aprovecharse de su pueblo, en anclar a sus sociedades en el ostracismo
Buscan con la política del miedo y la estrategia de la mentira, asustar a la gente sencilla con los grandes males que suceden con la supuesta falta de valores (los de los derechos humanos no les suenan nada) escondiendoles que será entonces cuando estarán en su derecho de elegir libremente guardar voluntariamente sus principios y tradiciones (o no)

La película es bonita, algo lenta pero bonita. Recrea magnificamente ese ambiente ancestral del medievo. Interpretaciones, fotografía, ambientación y banda sonora bien ejecutadas. Lo criticable es la falta de planos amplios que desahogen un poco la estrechez de miras y me ha gustado ver la cultura gastronómica reflejada
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