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España España · palma
Voto de m m:
6
Thriller. Drama Narra las manipulaciones del maquiavélico Tomek para conseguir el amor de Gabi, una chica que está en un estatus social por encima del suyo. (FILMAFFINITY)
9 de agosto de 2020
5 de 5 usuarios han encontrado esta crítica útil
Thriller socio-político entretenido, largo, y sobretodo muy perturbador en el que como bien se ha dicho no hay casi ningún personage positivo y el que lo es lo es por memo (no se entera de nada) .
Aquí el galán o la heroína ni están ni se les espera. Al protagonista se le tilda de manipulador pero el abanico del resto de personages no tiene desperdicio: desde la sinvergüenza Beata y los compañeros carentes de escrúpulos, pasando familia de parientes ricos mecenas, progres arrogante en su burbuja, como bien apuntan con ideas autocomplacientes y narcisitas completamente alejada de la realidad de la gente común y corriente con la nena de papa yonki soberbia hasta llegar a los holigans neonazis cabezas de chorlito y frikis sin remedio..

Poco es lo que le pasa para lo que hay.

Ambientada en las redes sociales, manipulación de masas, fake news etc... el polemizar con los temas candentes de actualidad se utiliza al igual que se hace con la historia sentimental del protagonista con la niña bien vulnerable y díscola como pretexto para desarrollar el argumento.

Al protagonista de la historia las críticas lo califican de psicópata y es un error. Para Tomek el fin justifica los medios y eso además de ser maquiavélico, no psicópata, no está al alcance de cualquiera el llevarlo a cabo
Con ello no pretendo justificarlo pero si quiero dejar constancia de que algo que todos consideran obvio y dado por supuesto no lo es ni muchísimo menos. No basta con quererlo, se tiene que poder.

A medio camino entre el pariente venido a menos y el apadrinamiento por mecenas el protagonista se queda con la miel en los labios, sin ascensor social y es normal que no se resigne y luche. Y como viene con el nivel de tolerancia a la frustración alto aprendido de casa para él está chupado.

Quiero dejar constancia de la inverosimilitud de la historia detonante: es muy extrema y exagerada la expulsión de un alumno de primero de carrera por plagio cuando se trata de la de derecho, carrera en la que la memorización literal de las sentencias y de los criterios jurisprudenciales es generalizado. No es verosímil. Por esa regla de tres la totalidad del alumnado estaría fuera.

El trabajo en la tolerancia de la frustración es algo que no se improvisa de un día para otro.
La tolerancia a la frustración no es más que la habilidad para aceptar un “no”, ejercer la aceptación y soportarla que no es lo mismo que la resignación, la abnegación o la renuncia.
Consiste en saber no perder los estribos, mantener la serenidad, abstraerse y poder reaccionar frente a los acontecimientos adversos, ser resolutivo y observar la realidad desde la distancia con la frialdad que permite el que las circunstancias no nos resten capacidad para que la respuesta nos sea lo más beneficiosa.
Son habilidades con las que nadie nace. Se puede tener mejor disposición o cualidades que favorecen la adquisición, pero son fruto de un proceso de aprendizaje y alcanzar un buen nivel y maestría es laborioso y bastante doloroso.
Ejercitando la resistencia cuando se presente un obstáculo se aprende a ir en busca de la solución, en su defecto poseer la capacidad de reacción para definir rápidamente estrategias para minimizar las consecuencias si la solución no es inmediata, se gana tiempo y se aprovecha cualquier pequeña ventaja del descuido ajeno y además se ejercita el que aceptar una situación que nos genera malestar no nos afecte significativamente.
La filosofía que mueve esta actitud que en muchos casos es un modus vivendi es la opuesta del hedonismo a corto plazo que tanto se fomenta en la sociedad de consumo (lo quiero y lo quiero ahora) con el convencimiento religioso como acto de fe de que todos los problemas tienen fecha de caducidad. No hay mal que cien años dure ni cuerpo que lo resista.
Y en la película lo que se nos ofrece es un recital de esto.

En hater el protagonista tiene talento de sobra para ofrecer al mundo pero le mueve el dolor por el rechazo y por su mala fortuna, el ansia de superación y la capacidad para hacer frente a la adversidad. La interpretación de nuestro villano, Tomasz Giemsa, por Maciej Musialowski es solvente pero abusa del la expresión facial, le falla la corporal y se tiene que echar mano de la caracterización para enfatizar. Pone de manifiesto la afectación que produce a Tomasz el tener que echar mano de medios poco ortodoxos para conseguir sus fines. El que detente esas habilidades no significa que no entienda que causa daños ni que no los lamente.

Buena película, mejorable en algunos aspectos pero me ha gustado por lo exótico que tiene el tener la valentía de poner de manifiesto todo esto que todos dan por obvio y que no es nada fácil de llevar ni de exponer.
m m
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