Vayamos por partes, en esta película hay cosas que me han gustado y otras que no me han agradado tanto.
Para empezar, Natalie Portman me ha parecido más que estupenda, no es que yo sepa mucho de actuación y teniendo en cuenta que la he visto doblada (sic) me es imposible valorar en su justa medida su trabajo. No obstante el doblaje no puede pasar por alto el hecho de que, por su rostro, sabe expresar la mezcla de sentimientos tan ambiguos y contradictorios que Nina posee.

Además la temática me ha parecido más que fascinante. Para mí no es sino la pérdida de la inocencia, la necesidad de dejar a un lado la niñez, los muñequitos, la protección de los padres, en fin, todo lo bonito y seguro para asumir el lado oscuro de la vida. El peligro, lo irracional, lo arriesgado y lo inseguro también forma parte de este mundo y es necesario asumirlo para poder madurar y ser verdaderamente un adulto. Si no es así, por mucha preparación y esfuerzo que uno ponga, nunca se dejará de ser un mojigato inocentón. La búsqueda de la "auténtica perfección", la perfección completa, requiere pasar por esa parte de la realidad tan despreciada... y sin embargo tan humana. Y en verdad Arofnosky ha sabido plasmar esto de una forma mucho más que correcta, las "flipadas" que a veces tiene la protagonista no me molestan demasiado, reflejan de una forma estupenda la confusión que tiene la protagonista al abandonar la cálida y benigna seguridad de su anterior vida para buscar la verdadera perfección, la que también incluye "lo malo", la cual está representada por su doble papel en el ballet "El Lago de los Cisnes".

Entonces ¿por qué carajo no le pongo un 9 como mínimo? En fin, ahora viene lo malo: el ballet, que se supone que es el eje central de la película, es verdaderamente decepcionante. Las escenas de baile, que deberían emocionarme y hacerme palpitar el corazón, me dejan frío. Tal vez será, como mi padre observó cuando salimos del cine, porque Natalie Portman no es precisamente bailarina de profesión, o porque el señor Arofnosky no sepa sacarle partido a estas escenas, preocupado más por enfocar la carita de la Portman y contemplemos lo bién que actúa. No señores, no me vengan con tonterías de que es una película psicológica y no un maldito documental de ballets. No me vale con que lo importante sea el conflicto interior de la protagonista y los bailes deban verse como algo secundario. Yo no veo por ningún lado esa versión de El Lago de los Cisnes "visceral y realista" que el propio Vincent Cassel promete al principio de la película, la cual debería tratarse de una plasmación de ese conflicto violento y desgarrador que hace cambiar a la protagonista. Además, conseguir que la música de Tchaikovski no me transmita nada es, sinceramente, un crimen.