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España España · Barcelona
Voto de did79:
9
Thriller. Intriga El veterano teniente Somerset (Morgan Freeman), del departamento de homicidios, está a punto de jubilarse y ser reemplazado por el ambicioso e impulsivo detective David Mills (Brad Pitt). Ambos tendrán que colaborar en la resolución de una serie de asesinatos cometidos por un psicópata que toma como base la relación de los siete pecados capitales: gula, pereza, soberbia, avaricia, envidia, lujuria e ira. Los cuerpos de las víctimas, ... [+]
19 de abril de 2019
1 de 1 usuarios han encontrado esta crítica útil
Cuando el cine de terror se encontraba en tierra de nadie durante la década de los 90, dos películas fusionaron los elementos propios del género con los del cine policiaco, construyendo un extraño híbrido que, no solo funcionaba en pantalla, sino que estableció los cánones del nuevo thriller y crearon escuela sobre él, llegando incluso hasta nuestros días.

Después del "Silencio de los corderos" de Jonathan Demme, el thriller o el cine de investigación policial ya nunca será el mismo. Basado en las novelas de Thomas Harris y, tomando referentes de la realidad, el director construía un film oscuro y terrorífico, presentando a uno de los nuevos villanos del celuloide, magistralmente interpretado por Anthony Hopkins, Hannibal Lecter.

El film de Fincher llegó unos años después tomando buena nota de su referente y llevándolo más allá. La estilizada realización del debut del futuro director de "Zodiac" sentó cátedra tanto en forma como en contexto. Transformar la típica "budy movie", con dos compañeros completamente diferentes (uno ordenado y tranquilo, y el otro puramente pasional) obligados a trabajar conjuntamente ante un descabellado caso de asesinato, en un ejercicio de estilo macabro y juguetón, fue uno de los aciertos del film.

Uno no puede liberarse tan fácilmente de esa sensación tan negativa y deprimente que deja el film una vez acabado su visionado, y es ahí donde radica sus logros, sin se explícito en su contenido, el trabajo de Fincher consigue trasmitir todas esas sensaciones que viven los protagonistas, ahogándolos en una trama en la que todo parece podrido y sin el más mínimo aliciente como para escapar de esa pesadumbre. Precisamente, es de esta doctrina de la que tomaran buena nota futuras producciones del género, rizando rizos y exponiendo todo aquello que el director solo insinuó (como por ejemplo la saga iniciada con "Saw" de James Wan).

Pero si por si algo destaca el film, no sólo por su magnífico guión y su excelente reparto, es por esa atmósfera que Fincher da a su película. Apoyado en una oscura fotografía, iniciada en los terrenos del vidioclip, otorga a esa ciudad sin nombre un ambiente que pesa sobre los personajes como plomo, asfixiándolos, además de humedecerlos con una lluvia constante que sirve como presagio de todo lo que acontece dentro de ella. Nunca un film había incluido una critica tan feroz a la despersonalización del hombre dentro de la urbe, representando a ésta como amalgama de lo peor de la sociedad (teoría respaldada por los diálogos que recita Morgan Freeman cada vez que se le pregunta por ella). Nada en ella tiene salvación y, eso es lo que precisamente nos dice, a base de truculentos asesinatos, el personaje interpretado por Kevin Spacey, curiosamente llamado John Doe (despersonalizándolo a él también).

Lo mejor; La realización de Fincher, oscura, siniestra y deprimente.

Lo peor; Poco puede sacarse en negativo de una producción tan redonda, salvo esa sensación tan negativa que deja en el espectador, quitándole toda esperanza con ella.
did79
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